PROYECTO

"52 SEMANAS CON LEBRIJA Y SU GENTE”

 

Aquí comenzamos un nuevo proyecto., En esta nueva aventura tengo la intención de mostraros un poco "El Lebrijan@".

Ese Lebrijano de a pie como se suele decir por aquí, ese Lebrijano trabajador, amante de su tierra y ese Lebrijano que por una u otra razón es conocido en Lebrija.

No sé, si lo que yo os traiga os gustara, no sé si serán políticos, pintores, herreros o zapateros, vete tú a saber.....lo que si se, es que serán Lebrijanos o en su defecto tendrán corazón Lebrijano.

52 semanas que espero poder llenar con Güena gente, y en lo posible enseñaros de lo que estamos echo los Lebrijanos.

Como dije con mi anterior proyecto

"52 semanas, 52 imágenes de Lebrija"

espero no os aburra con mi locura fotográfica.

 

 

Gracias.

 

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AQUÍ LA 1-52

JUAN SEBASTIAN LOPEZ LOPEZ

 

El primero de los Lebrijanos que os presento es Juan Sebastián, según sus propias palabras "El único alfarero que hay en Lebrija y el último que va haber".

Juan Sebastián es el último de una familia de alfarero de cuatro generaciones en las que a principio del Siglo XIX su bisabuelo José dio comienzo.

 

Estos inicios se comenzaron cuando José entro a trabajar en una de las 14 cantarerías que había en Lebrija, por aquel entonces en la calle Flores, a jornal hasta que en 1925 el jefe y dueño de esta cantarería decidió jubilarse vendiéndole el negocio.  Aquí comenzó el negocio familiar que después siguieron su abuelo Juan y su padre Sebastián hasta llegar a sus manos. Esta mañana cuando estaba hablando con él, le pregunte si podríamos esperar de su hijo una quinta generación; su contestación fue directa y rotunda.

 "No.......esto se acaba aquí, hasta aquí a llegado este oficio".

 

Cuando se entra por las puertas de la alfarería de Juan Sebastián la vista se te distrae con tantos "cacharros" como ves secándose al sol o esperando su turno para entrar en el horno, fotografías de su padre, de su abuelo, de la Lebrija antigua, recortes de periódico de algún otro chiflao que como yo fue a entretenerlo y a que le contara su historia. Incluso me llama la atención un chupete de barro colgado de una viga de madera, quizás ese chupete fue el resultado de algún trozo de barro que su padre le dio en sus comienzos.

De entre tantos "cacharros" también se puede ver su trabajo acabado muy bien ordenados., Macetas, Lebrillos, figuras de decoración y como no los cantaros y búcaros que hicieron de este pueblo ser conocido por toda España. Llevado algún tiempo con él y viendo que no le incomodo le pregunto por la marcha del negocio., me responde que él tiene su "ruchenchero" que un día más otro menos tira para delante, sabe y me cuenta que el podría comprar una máquina de hacer macetas, que haría todas las macetas que le diera el barro del día, 1000 ó 1100 no lo sabe con exactitud y que él en 11 horas de duro trabajo llega a las 100...pero que así es y que así lo enseñaron.

 

Esto es todo lo que me dio la visita al último alfarero de Lebrija.

 

 Gracias Juan Sebastián.

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AQUÍ LA 2 DE 52 DIEGO GARCIA BUENO “DIEGO CHIRI”

 

Esta mañana decidí irme a buscar mi personaje a la plaza del Mercado, caminando hacia ella recordaba cuando la visitaba en compañía de mi abuelo… hay cosas que no se olvidan…..su olor, la explosión de colores de los puestos de frutas, el pescado… ese pescado con ojos brillante y limpios que parecía que no te quitaban la vista de encima y esos puestos de carne sin filetear como estamos acostumbrados ahora a ver.Recuerdo que cuando llegábamos, los tenderos decían “Buenos días Fernando, hoy que traemos al nieto, te gustaron los boquerones que te eche ayer”……Mi abuelo era un fiel cliente de la Plaza de abasto como aquí la llamamos.Cuando entre por esas puertas volvieron las mismas sensaciones, olores y sobre todo recuerdos.

Echando una mirada alrededor veo en un pequeño puesto pero repleto de mercancias a Diego, igual a como yo lo recordaba.Diego García Bueno “Diego Chiri” como así se le conoce sigue en su puesto de carnes “despachando lo que le pidan” como el me dice.

Diego me cuenta que lleva allí 35 años, que anteriormente estaba trabajando en el campo, hacia quesos y cuidaba una pequeña piara de cabras que tenia en la Finca el Fontanal.

Mas tarde se paso a la Finca Los Camachos hasta que sus ansias por tener un negocio le hizo a los 37 años y gracias a su querido amigo y maestro Francisco García Romero que le dio todo lo que un maestro debe dar a un alumno en el aprendizaje de todo en este mundo de la carnicería  tomar la decisión de montar una carnicería en la Plaza de Abastos .Su cara es la misma que recuerdo de mis paseos por la plaza acompañando a mi abuelo lo que me hace preguntarle que cuantos años lleva en la Plaza- 35 años me contesta-Extrañado vuelvo a mirar mi libreta y le digo– Diego si abriste tu carnicería con 37 y llevas 35, tienes 72 -Entre risas me saca de la duda y me explica:- Tengo 72 años y sigo en activo, pagando mi seguridad social y rechazando mi paguita de pensionistas y sin ganas de irme.Rodeado de chorizos, morcillas, solomillos y dando su mejor sonrisas a toda la clientela que se acerca a su puesto, dejo a Diego, no sin antes darles las gracias por su amabilidad y por los recuerdos que me a hecho encontrar.

 

Gracias Diego

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DIEGO FALCON PUERTO “MOTIFARRO” ...

 

Hoy estuve con una persona de la que os tengo que decir, pensaba que iba a ser de las más difíciles para incluir en mi proyecto. La primera vez que te tropiezas con Diego su rostro refleja ser una persona seria., y su voz ronca y curtida por los años te invitan a que tu también lo seas. Me encuentro con el en un bajo de un pequeño bloque de piso, al pasar me invita a sentarme en una vieja silla de nea, la habitación en la que nos encontramos es lo suficientemente grande como para poder tener todos sus recuerdos enmarcados en la pared. Una cómoda y una mesa repletas de cajones hacen las veces de almacén, oficina y banco de trabajo, frente a él una pequeña ventana alumbra su trabajo y una mezcla de olor a pegamento y cuero perfuma el ambiente……… Mientras le estoy contando a Diego que hago allí, veo que tiene su mirada dividida entre su trabajo y mi cámara. No deja de arreglar unos pequeños botines a los que creo adivinar les estaba cambiando unas tapas gastadas por las carreras en el patio de algún colegio…….no deja de coger y soltar herramientas las cuales las tiene muy bien ordenadas bajo la ventana, unas herramientas ya pintadas por el paso del tiempo. Sin aun aceptar mi oferta y en repetidas veces haberla rechazado empieza a contarme su historia, una historia que comienza en el 1937 y que pronto, solamente con 9 años empieza a ser una historia de Lebrijano trabajador y estudiante, al compaginar su trabajo con la asistencia a la escuela nocturna…….A los 13 años prueba el oficio de panadero hasta que fue llamado al ejercito con 18. Al venir del servicio militar decide abrir su propia zapatería estando trabajando en ella hasta que la proliferación de numerosas fabricas de calzados hacen que el negocio fuera poco productivo. Es entonces cuando decide presentarse para el servicio de Correos teniendo la suerte de formar parte del a partir del 1964. Cuando más atrayente lo veo interrumpe y me dice. -¿Pero tú porque quieres hablar conmigo? Es entonces cuando le vuelvo a decir que busco Lebrijanos conocidos y que creo que el es uno de ellos. Entonces se levanta de la silla muy diligente, me mira y me dice. -¿Cómo te llamabas? -Fernando…..le digo. Se hace un silencio sepulcral en la pequeña habitación durante unos segundos , que me hace pensar que mi aventura con Diego había llegado a su fin. Nada más alejado de la realidad. Deja de arreglar los pequeños botines y entonces es cuando se dedica de pleno a atender mi visita. Me cuenta su vida como cartero, de cómo era portador de la buenas y malas noticias que muchísimas veces el mismo tenía que leer debido a la escaza alfabetización de entonces. En uno de sus suspiros levanto la mirada de mi libreta y observo que sus ojos comienzan a brillar notando como su voz ronca empieza a entrecortarse, decido renunciar a saciar mi curiosidad y le digo. -Diego si te digo dos vecinos de Lebrija me dices su dirección- A lo que me contesta. -Vamos allá. Domingo Bernal Armario y Fernando Llamas Martin. -El Capatirri en San Francisco, 19 y Llamas el de la Citroën en José Fernández Ruiz,71- Sabiendo que no había fallado, me aclara que puede ser que los números no sean esos porque “siempre estaban cambiándolos”. Cuando voy dando por acabada mi visita y guardando la cámara me dice sonriendo. -Niño pon en tu libreta que me he llevado 42 años en la banda de música, que seguro que me han visto tocando la Tuba.

 

Gracias Diego.

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JUANA AMAYA VARGAS "JUANA VARGAS" ... Dos visitas, cuatro fotos y muchos borrones a mi libreta son lo que me ha costado mi cuarto personaje. Dos semanas llevaba en el cajón, un día me gustaba la foto, pero no el texto, al siguiente me gustaba el texto, pero no la foto. Al tercer día, el personaje no era el apropiado y al cuarto… el personaje era perfecto, pero el entorno no...tonto de mí, sin darme cuenta estaba buscando excusas en las herramientas cuando el problema era el artesano. Un artesano que eligió la fotografía como medio de expresión, entre otras cosas, porque un fotógrafo puede dar su opinión sin mediar ni imprimir palabra, sólo con la imagen y que ahora se encuentra encaprichado en ordenar palabras y darles forma. Una vez que pongo las herramientas en orden y saco del letargo mi libreta y lápiz intento plasmar en ella los recuerdos que aún quedan de aquella visita. Unos recuerdos que me llevan nuevamente a la calle Arcos, junto a la Plaza de España donde nos encontramos a una antigua joyera, “Juana Vargas”, como es conocida nuestra Lebrijana de esta semana: Juana Amaya Vargas. Como suelo hacer, llego contando el porque de mi visita, esta vez las sonrisas y sensación de extrañeza que percibo es en partida doble ya que Juana esta acompañada por su hija, las dos me miran desde una pequeña mesa camilla, que desde un rincón de esta pequeña tienda aporta un poco de calidez al entorno. Juana acepta con la única condición de que la tengo que dejar arreglarse un poco para la foto, a lo que le respondo que “no”…que prefiero que salga tal como es. Apoyando sus codos se acomoda en el mostrador de su pequeña joyería, levantando la mirada y cruzándola con la mía parece decirme que esta preparada. Con idea de hacerla empezar le cuento mi recuerdo sobre ella, el recuerdo de una gitana morena que venia a mi barriada siempre acompañada de su marido que la esperaba apoyado en el coche mientras ella se pasaba la tarde de casa en casa viendo vecinas, vendiendo cadenas, anillos, pulseras…... A esto que Juana me corrige y me dice. Tu es que eres muy joven para saberlo, pero yo empecé vendiendo ropa, sabanas, de todo. Lo que se llama un ditero. Me sigue contando. Yo vendía de todo y me pagaban como podían, unas veces me daban 1000 pesetas otras 100 pesetas, pero muy bien siempre cobraba he tenido muy buenos clientes. Juana es una morena con semblante y sangre gitana, cantaora conocida artísticamente como Juana Vargas, descendiente de los Negros de Ronda y emparentada con cantaores como El Sordera o El Chozas. A compaginado sus actuaciones en solitario con su actividad junto al grupo “Las Corraleras de Lebrija”, Paris, Bruselas, Marruecos……son algunos de los rincones donde se ha podido escuchar a esta lebrijana de 66 años. Mientras estoy con ella, llega una pareja a la tienda preguntándole que “a cuanto” compra el oro, a lo que ella le responde. -Yo solo vendo, comprar si compra es cosa de mi marido. Pregunta y respuesta que me hacen ver dos cosas, que la cosa sigue igual en la vida de Juana y que la cosa esta como esta. Mientras me cuenta un poco todo lo que le pregunto e incluso todo lo que no, la veo buscando en un bolso, detrás de una puerta, sobre la mesa camilla… y cual es mi sorpresa, que sin darme cuenta, como si de un hechizo gitano se tratara Juana acostumbrada a todo tipo de entrevista, se ha peinado, pintado y arreglado sin haberme dado cuenta. Después de la maestría con la que Juana ha revocado mi “no” a la única condición que me puso para poder entrevistarle, no me queda más que decirle. -¿Juana donde te quieres hacer la foto? Gracias JuanaVer más

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SOR ANGELA

 

Mi personaje de esta semana sin duda alguna ha sido de los que llevo hasta ahora el que más me ha sorprendido y a la vez más me ha llenado.

Nada mas verla me doy cuenta de que sigue siendo la misma que hace mas de treinta años ordenaba a los niños” entre ellos yo”, a ponernos en fila a la entrada al asilo.

Cuando decido incluirla en mi proyecto, voy al asilo con la idea de preguntar por ella. Me asomo a una pequeña portería de madera que a un lado de la entrada al asilo recibe a todo el que se precie a visitar tan singular edificio.

No se porque pero la idea que yo llevaba era la de encontrármela en un sillón de las innumerables galerías del edificio, sentada leyendo o simplemente descansando.Cuando me agacho y asomo la cabeza por la pequeña portería mi reacción fue la de no poder alinear palabras…venia por el camino ensayando la forma de decirle a no se quien el porque quería hablar con Sor Ángela y cuando llega el momento me la encuentro allí sentada recibiendo a todos los visitantes.

Con voz firme me dice.

-¿Qué quería?

Buenos días, Usted es Sor Ángela verdad?

-Si…¿Qué quería?

Después de la primera sorpresa que me tenia preparada esta entrevista le explico lo que busco de ella y me responde con un gesto que recordaba de mis tiempos de alumno del asilo. Levantando las manos a la altura de los hombros y alenteandolas enseñándote unas palmas blancas y finas me dice.

-Ahora mismo no puedo, como ves estoy hoy en la portería, tengo que apuntar todo el que sale , el que entra y me va a ser muy difícil de atenderte .Mira a mi me encanta leer y cuando estoy aquí no me traigo ni libro…por que yo cunado leo me gusta saber lo que leo, y eso aquí es imposible.

Sus gestos, la expresión de su rostro la velocidad de sus palabras son inigualables, exactamente igual que muchísimos lebrijanos y lebrijanas recordaran de su paso por el Asilo.

No se preocupe usted, ¿Cuándo vengo?

Sor Ángela me recita de carrerilla su horario y su carga de trabajo para acabar diciéndome.

-A las once de la mañana, no es que no haga nada que siempre hay por hacer, pero si vienes a esa hora…Te atiendo encantada.

A la mañana siguiente, pasados unos minutos de las once, llego al Asilo y no viéndola en la portería pregunto por ella., al escuchar mi voz, sentada en unos butacones que en un rincón bajo la blanca y grande escalera que lleva a la capilla me estaba esperando. Veo que intentando levantarse de los butacones me hace gestos con la mano y pronuncia mi nombre.

-Fernando aquí te estaba esperando, dime hijo que puedo hacer por ti.

Le vuelvo a explicar el por que de mi presencia y sin tener que mediar pregunta por mi parte y como si de un cuento se tratase empieza a contarme.

Sor Ángela es Riojana, el 9 de Julio de este mismo año cumplirá 67 años en Lebrija, me dice que Dios la premio con destinarla a Lebrija, único destino que ha tenido desde que salio de su Rioja natal.

Con 88 años Sor Ángela esta llena de vitalidad, cuida a sus abuelitos como el primer día que llego al Asilo.

Me doy cuenta de que siempre me habla en plural… nosotros les damos de comer, nosotros intentamos ayudar a todo el que lo pide, nosotros tenemos mucho trabajo, nosotros le debemos mucho al pueblo de Lebrija.

Soy incapaz de sacarle a Sor Ángela, algo de lo que hay dentro de Sor Ángela, de esa mujer que con apenas 21 años dejo su tierra y su familia para acabar ayudando a unos vecinos de Lebrija que como ella muy bien dice estaban esclavizados por algunos, trabajando de sol a sol por un jornal que no les daba ni para un cacho pan.

Cuando más a gusto estábamos empieza a contarme la historia del Asilo de San Andrés, que en el 2013 cumplió 100 años.

A estas alturas de la entrevista le pregunto su nombre.

-Sor Ángela, me responde

Vuelvo a preguntarle recibiendo la misma respuesta y le insinúo un poco que me hable de ella a lo que me responde que su vida es la del Asilo, que ella ha dedicado su vida a trabajar por los demás en el Asilo repitiéndome que su vida es la del Asilo.

Le pregunto por los años pasados cuando se dedicaban a educar a niños y niñas de Lebrija y me dice agarrandome la mano.

-Nosotras no educábamos a los niños, educábamos a los padres….de esa forma los niños se educaban solos.

Al principio de mi escrito os conté como me recibió Sor Ángela cuando me estaba esperando sentada en el butacón…

Me llamo por mi nombre…….pues nunca se lo di

 

Gracias Sor Ángela

 

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LUIS CABALLERO JARANA "LUIS REY" Corredera arriba voy al encuentro de mi sexto personaje, decido ir andando para recordar y de paso empezar a escribir estos cuatro renglones. Creo ir un poco a la deriva, para el resto de personajes siempre he llevado un guión, algunas notas o algo que me sirviera para enderezar la entrevista; sin embargo, para Luis, personaje que creo conocer bastante no llevo nada. Voy creyendo saberlo casi todo de él, como si en los treinta años que hace que lo conozco no se me pudiera haber escapado nada de su vida. Recuerdo cuando un simple café de tarde escuchando sus opiniones sobre fútbol, política o toros rompía en auténticos debates entre clientes. Debates donde los tertulianos duraban un café y donde los debates en si no se quedaban sin tertulianos, siempre llegaba alguien que cogía el testigo del que se iba.Al llegar me siento a esperarlo en la barra de su negocio, una larga barra en la que su reflejo te hace mirar al techo…un techo de vigas y sevillanos que le dan al local un ambiente especial. Mientras espero y anoto en mi libreta recuerdo a Luis Rey, como se le conoce en Lebrija, sirviendo café, cervezas, cabrillas, cortando jamón y cobrando en aquella caja registradora plateada que te mandaba girar la manivela después de marcar el importe. Recuerdo el olor a sardinas en arenque y como le gustaba exponer durante media mañana sobre la barra el pescado fresco del día, que como él me cuenta después, era el encargado de ir a comprar personalmente...Recuerdo el olor a serrín que esparcía por el suelo una vez había acabado de fregarlo, era curioso como después de barrer y fregar todo el bar “manchaba” el piso con ese serrín fino y todo parecía aún más limpio.Acabando mi café llega Luis, me pregunta dónde prefiero ponerme y ejerciendo de buen invitado le digo que donde él se sienta más cómodo. Elige uno de los rincones donde varias veces me lo encontré leyendo el periódico, su rincón habitual.Nos acomodamos a la lumbre de una bota que hace las veces de mesa, sentados bajo aquella vieja ventana de madera de cedro, donde antiguamente al asomarte podías ver la cocina de aquella antigua venta de mis recuerdos.Empiezo preguntándole su edad.-67 años, nací el 20 de Mayo del 46.Poco tiempo tardo en darme cuenta que no se nada de Luis, la historia conocida por mí de este personaje la podía haber escrito en un par de renglones.La Venta Luis Rey comenzó allá por el 1941, despacho de vinos y vinagres era su cometido principal aunque un poco clandestinamente; su padre tenía un molino harinero donde los mayetos que por aquel entones había le traían el trigo para moler.Despacho de vinos, vinagres y ultramarinos en uno de los puntos de encuentro que había en Lebrija, donde los jornaleros se reunían para salir en busca de la peoná, como él dice y como decimos todos en Lebrija.Ya en el 72 cuando contrae matrimonio con Castillo, junto a su hermano Pepe, que poco después se retira, coge las riendas del negocio; un negocio que como él me dice “le robó la juventud”.Siempre intento iluminar a mi personaje para sacarle todo lo que le quiero sacar, exprimirlo como un limón, con Luis no me ha hecho falta… me lo ha contado todo; errores que ha tenido en la vida, aciertos…todo lo que la vida le dio y le quitó. Su corta historia al frente de la discoteca “La rueda”, la dura decisión de derribar su vieja Venta para levantar el nuevo negocio, la enfermedad que lo apartó de la barra antes de tiempo. Podría estar hablando de Luis y extenderme en mis palabras y explicaros tantas y tantas cosas de su vida que no acabaríamos nunca, pero me voy a quedar con un hombre trabajador, padre de sus hijos, esposo de su mujer y amigo de sus clientes… Me cuenta que muchos de sus clientes venían a la Venta de la mano de sus padres y abuelos y que ahora lo que traen de la mano es a sus hijos y nietos. Más de seis décadas son las que lleva Luis atendiendo a varias generaciones de Lebrijanos en su querida Venta; ahora sus hijos Luis, Cristóbal y Rubén son los encargados del negocio.¿Luis a que te dedicas ahora?...le pregunto.-A ver mundo con Castillo, a cuidar mi viña, mi bodeguita y a echar mis ratitos detrás de la barra. Gracias Luis

 

 

 

 

 

7-52

ISABEL CASTELLANO FUENTES “LA LOTERA”

... Esta semana me vais a permitir hablaros de un entorno antes de hablaros del personaje. Lebrija como tantos y tantos pueblos posee una plaza que aunque sin ser del todo así, pareciera que todo el pueblo mira en dirección a ella. Puede ser por esta razón por la que es elegida por infinidad de Lebrijanos para sus paseos y juegos. Cuando llegas a la plaza… por la mañana, por la tarde, o incluso por la noche, siempre encontrarás a algún paseante, siempre alguien la está cuidando desde un banco. Los mayores que la frecuentan pasean de un lado a otro conversando sobre las historias del día; de lo bueno o malo que era el que se nos fue ayer o de lo bueno o lo malo que está el tiempo hoy. En horario escolar, cuando solamente son mayores las personas que la habitan, la plaza está teñida de colores oscuros o tristes como queráis llamarlos: grises, negros, marrones… Aquí es donde sin duda podréis reconocer a nuestro personaje, la podréis reconocer sin ni siquiera verla antes en la foto que acompaña a estas palabras. En uno de los bancos que presiden la plaza debe estar y si no está, es que “está mala” como ella misma me dice. Allí os encontrareis a Isabel, “La Lotera”. Isabel es una mujer rubia, alegre y de afiladas, aunque inofensivas palabras. Desde que empecé este proyecto la tengo fija en mi libreta, pero unas veces por mi, otras por ella, nunca había tenido la oportunidad de verla. Esta tarde casualmente pasaba por la plaza y la vi sentada en uno de los bancos, antes de ir a molestarla decidí sentarme justo enfrente para poder observarla un poco, ya que de Isabel poco es lo que conozco. Todo el que pasa junto a ella parece tener la obligación de mirarla y ella la de saludarlo. La tarde bastante nublada y fría no invita a muchos paseos hoy por la plaza, pero Isabel abrigada con una chaqueta azul oscura, una bufanda marrón y un gorro adornado con una gran flor roja que hace juego con la que tiene en la chaqueta, regala a todos una gran sonrisa y un buenas tardes. Su piel curtida y cuidada aloja varias alhajas de gran tamaño y dos collares cuelgan de su cuello. No sabría deciros cuanto tiempo estuve observándola porque observar a esta señora achica el paso del tiempo, risas, charlas y su pasión por el crochet llenaron su tiempo y el mío. Con miedo a que Isabel se levante debido al frío de la tarde y a las amenazantes nubes que están coronando la plaza decido levantarme. Me acerco y agachándome un poco le pregunto si le puedo acompañar un rato, a lo que me responde: -Como no hijo, claro que si. Con una alargada sonrisa en el rostro se vuelve a acomodar en el banco dejándome un hueco junto a ella. Me acomodo yo y empiezo a explicarle de qué va mi tarea de este año; mientras le explico y le enseño los Lebrijano que están ya presos de mis imágenes y palabras… Observo que me mira y que conforme me adentro más y más en mis explicaciones mayor es su sonrisa. Una sola pregunta, una sola que al final se queda a medias en el tintero es lo que me a echo falta para que Isabel me contara lo que yo quería saber de ella. A medias se queda porque no sabe decirme con exactitud su edad. -Anda niño, el DNI lo debo de tener en la cartera, pero entre 82 y 83 debo de andar. ¿Dónde vives Isabel? -Aquí…soy la “Reina de la Plaza” si no estoy aquí, estoy mala por que yo… cuando me pongo mala, me pongo muy mala. Desde luego que es la Reina de la Plaza, no creo que hubiera nadie esta tarde en la plaza que al pasar a nuestro lado dejara de saludarla. Isabel me sigue contando que de joven vendía lotería, cupones, hacia rifas, iba de casa en casa como practicante y dándoles masajes a las personas mayores sin cobrar nada. -Eso si, todos después me pagaban comprándome loterías o cualquier rifa de las que yo hacía...era muy querida por eso, nunca le dije a nadie que no…y ahora de mayor y viuda con mi paguita de vieja me conformo, me levanto pego dos escobazos a mi casa y tiro para mi plaza. Me cuenta algo de lo que ya me había dado cuenta observándola anteriormente, me dice que aquí está muy a gusto, que todo el mundo la conoce, que nunca se siente sola y que para sentarse en la puerta de su casa aquí esta mejor…más acompañada. A lo que yo añado…la plaza también se sentiría menos acompañada sin ella. Gracias Isabel

 

 

 

 

8-52

JUAN JOSE GOMEZ DELGADO

Para mi octavo personaje me he desplazado a las afueras de Lebrija. Varias veces me han hablado de él, así que la curiosidad por conocer su profesión y este proyecto son los que me han hecho buscarlo.Llego a una pequeña finca con la idea de encontrar un taller donde los retales de metales te enseñan el camino por donde debes pasar. El olor a hierro y moho se halla escondido bajo un agradable olor a carbón en llamas y los retales de metal, que esperaba encontrarme, están disfrazados de grandes cancelas y de infinidad de tipos de curvas y figuras.Sobre una de las paredes se exhibe una gran cancela difícil de dibujar, incluso habiéndola antes fotografiado, la cual en su parte superior, como si de una matricula se tratase, me indica que se realizo en 1866 y justo enfrente, mirándola otra de 1858.Nada mas entrar en el taller, detrás de una puerta, se esconden tesoros artesanales convertidos en rejas, esculturas realizadas completamente de metal, cancelines y numerosos modelos de barandas.

Lo que más me ha sorprendido del taller es su silencio. Esperaba un sin fin de sonidos a cual más atronador y, sin embargo, el sonido de fondo de una cadena de radio y la música que realiza nuestro personaje Juan José con ayuda de sus dos mejores instrumentos, el martillo y el yunque es lo único que se puede escuchar.

Juan José es una persona joven, a sus 45 años ha hecho de su pasión su trabajo y digo de su pasión, porque trabaja y estudia la forja como si de un investigador se tratase. En el año 2004 se dedico a recorrer Lebrija y buena parte de Sevilla buscando modelos de cancelas para estudiar y catalogar, estudiando edades, materiales, formas y cualquier cosa que le indicara cómo se hizo y quién hizo aquella cancela.A Juan José lo veo una persona inquieta, aventurera y por la forma de sus manos trabajadora. Unas manos grandes, que con el paso del tiempo han sido moldeadas por el martillo y el calor de la fragua.Me cuenta que viene de una familia de artesanos Lebrijanos, su abuelo como él, se dedicó a moldear, pero en este caso, el material elegido fue barro y su madre, también artesana, moldeaba la tela con sus bordados.Le pregunto un poco por la empresa y sus explicaciones confirman el adjetivo de aventurero que anteriormente le adjudiqué. Asiduo a la participación en ferias de muestras y convenciones de artesanos en Andalucía, no para de aprender y de innovar. Siempre guardando lo antiguo, lo artesanal, patentando su marca y, del mismo modo que moldea sus metales, moldeando su proyecto de futuro.

Mientras me cuenta su proyecto, su cara se ilumina como el carbón de la antigua fragua gallega que le ayuda en sus creaciones. Su rostro deja ver a un hombre ilusionado, no sólo por ver prosperar su negocio, también esconde unas ganas imperiosas por ver que estos trabajos artesanales sean reconocidos y así evitar su desaparición.Termino mi visita observando como moldea varias pletinas de hierro después de haberlas calentado hasta encenderlas y verdaderamente la mezcla entre la música de sus instrumentos y la explosión de colores que levanta la fragua me hace estar realmente seguro de que el resultado del espectáculo visto no puede ser otro que una obra de arte. Gracias Juan José

9-52

 

BENITO VELAZQUEZ HERRERA

 

Para el personaje de hoy me han hecho falta varias visitas. Cara a cara dos, pero intentos por visitarlo algunos más… Recuerdo haberos dicho hace unas semanas, que si en este proyecto falla algo no son las herramientas, el que falla es el artesano.

Varias veces estuve en la Casa de la Cultura buscándolo, pero o no estaba él, o no estaba yo.

El primer día que di con él, amablemente me atendió en su despacho; un despacho lleno de recuerdos. Las paredes repletas de fotos que ya de por si te pueden contar su historia sin ni siquiera preguntarle: su participación con Carlos Saura en “Sevillanas”, su primer disco con apenas 14 años, participaciones al toque con El Lebrijano, Las Guijas, la Hermandad del Rocío de Lebrija, Las Corraleras...

Todos pensareis que vuestros padres han sido vuestros maestros, en el caso de nuestro personaje de hoy, Benito Velazquez Herrera, no hay discusión… Benito Velazquez “Maestro Penaca”, lotero y guitarrista fue su padre y su maestro.

Hoy por segunda vez voy a visitarlo, siguiendo sonidos de guitarra espero dar con él y en una sala contigua a su despacho me lo encuentro, es una sala alumbrada con cuatro ventanales y rodeada de fotografias en la mayoria con Benito como protagonista, sin perder de vista a un alumno que con apenas 9 años nos deleita con “Entre dos Aguas”. Al sentir mi presencia, gira la cabeza, me mira y me saluda, pero en ese momento no soy yo lo importante y sigue varios minutos prestando atención a su alumno. Un chiquillo de unos 9 años, que con la ayuda de un escalón en los pies para poder llegar al suelo, ha tocado un tema, que bajo mi corta cultura flamenca entiendo como uno de los más difíciles de tocar.

Me resulta increíble como Benito en medio de dos sones distintos de guitarras es capaz de a cada uno de ellos corregirlo por haberse equivocado. Yo os debo decir, que aunque lo que estaba escuchando me estaba haciendo vibrar, por mucho que lo intentaba no podía saber que tono nacía de una u otra guitarra.

Le pregunto cuántos alumnos han pasado por sus manos, me dice que tras 27 años dando clase le es casi imposible calcularlo, pero que bastantes.

Muy orgulloso me cuenta que Ricardo Moreno, José María Piñero o Adolfo Toro son algunos de ellos, algunos que como muy bien me dicen “la tocan bien”.

Sentado en la sala observo como esas dos guitarras no paran de tocar, una y otra vez vuelven a tocar el mismo tema y una y otra vez sigo sin poder distinguir qué nota sale de una y qué nota sale de la otra… Él, atendiendo su trabajo sale y entra de la sala sin dejar de observar a la pareja de guitarristas, varios chicos me acompañan y todos están tan entusiasmados como yo en lo que estamos viendo y oyendo.

Pensareis todos que sólo hablo de los dos guitarrista y no hago reseñas de Benito, pero la mejor reseña que le puedo hacer a este maestro es ésta, enseñaros como un chico de 9 años está tocando por Paco de Lucía de una forma magistral, siguiendo unas notas de una libreta; unas notas que me acerco a mirar y lo único que veo es una fila de números y guiones que más que una partitura parece un jeroglífico.

Un chico que si lo pusiéramos enfrente de su guitarra, ésta aún le sacaba algunos dedos y como este hombre le ha sabido dar un pellizco de su arte.

Cuando llevo ya un rato en aquella sala, lo invito a realizarle la foto que complementa este texto y nos desplazamos a su despacho, donde como dije, su historia cuelga de las paredes.

Se sienta en una silla y atendiendo mi deseo coge una de sus guitarras y empieza a tocar, yo cogiendo mi cámara y sentándome en el suelo frente a él…disparé.

Para ser sincero, ese primer disparo fue bueno, pero el maestro Benito estaba tocando un tema a petición mía y no iba a ser yo el que lo mandara parar, así que seguí disparando y escuchando.

 

Gracias Benito

 

10-52

FRANCISCO MORENO RAMÍREZ “PACO MORENO”

 

Cuando voy a preparar un nuevo personaje siempre cojo al anterior y lo vuelvo a leer. Lo leo de nuevo y busco posibles fallos en mi reseña, pero esta vez quise llegar más lejos y me fui a buscar a Benito, mi personaje de la semana pasada y preguntarle directamente a él en persona su parecido.

Cuando llegue a la Casa de la Cultura y fui entrando por ese pasillo amplio que te lleva al patio, me cruce con un chaval que me dio el empujón que me faltaba para elegir al personaje de esta semana. Ese chico llevaba en las manos un bloc de los que se usan en dibujo y entonces me acorde de él.

Nuestro personaje de hoy es un Lebrijano con una historia que muy bien podría estar dibujada en un lienzo, una historia de figuras abstractas, carboncillo, acuarela… Una historia que, como me cuenta más tarde, comenzó en Azul Prusia.

Me encuentro con Paco Moreno en una de las salas de la primera planta de la Casa de la Cultura, una sala alargada con varias ventanas al patio, un techo soportado por una hilera de vigas de madera que le dan a la sala el toque idóneo que un estudio puede pedir. Cuando vas llegando, el olor te hace retroceder unos años, a esos años en los que una cartuchera llena de colores era la fiel compañera en tus viajes al colegio. Lienzos, caballetes, restos de pinturas y varios niños y mayores la habitan. Al llegar veo a Paco bromeando con el desánimo que uno de sus alumnos trajo a clase. Otros le enseñan la hora que marcan sus relojes preguntándole si es hora de irse. Cuando Paco me ve, aparca una de las contestaciones y se acerca a mí, me presento y le explico todo y cuanto quiero de él; a lo que me contesta sin dudar “lo que quieras”.

Me invita a sentarme en una esquina de la mesa alargada, sentándose él frente a mí y ejerciendo de buen guionista comienza a redactarme y yo a anotar su historia.

Paco Moreno nació el 8 de Agosto de 1953, muy pronto, a los 8 años, de azul Prusia consigue pintar su primer cuadro. En este momento, lo interrumpo para preguntarle a qué edad y cómo se da cuenta de la virtud que tenía con un lápiz o brocha en las manos, a lo que me responde con una anécdota muy curiosa que me cuenta con una enorme sonrisa.

Me cuenta que de pequeño solo dibujaba caballos y vacas, hasta que un día su padre, Paco Moreno “El sastre”, visiblemente molesto le coloco delante un jarrón que su madre tenía adornado con una rosa diciéndole: “A ver si sabes pintar algo más que caballos y vacas”. Él respondió haciendo un dibujo que demostraría a su padre que esa afición por dibujar era algo más que un capricho de niños.

Aún así, Paco es una persona muy arraigada a los caballos, dejando esta afición plasmada en sus lienzos y, siendo junto a los toros, escenas recurrentes y muy significativas de sus obras.

Ahora a la edad de 60 años lleva más de 50 exposiciones en solitario y varias en colectivo Lebrija, Barcelona, Palma de Mallorca, Valencia, Ciudad Real, Alicante, Toledo son alguna de las ciudades que han tenido la suerte de contemplar sus obras.

Paco lleva unos 25 años de profesor de pintura, por sus manos han pasado multitud de niños de los que muy orgulloso cuenta que algunos incluso siguen y además a buen ritmo, con exposiciones y casi viviendo de la pintura.

Llegado este momento empiezan varios chavales a enseñarle el ejercicio que tenían hoy de tarea y él, sin perder la sonrisa, los va ojeando todos sin menospreciar lo más mínimo a ninguno de ellos…

“¿Son buenos Paco?”. Le pregunto mientras observo que cuando se alejan mueve la cabeza de lado a lado sonriendo.

“Los hay buenos y los hay regular”. Me contesta.

“Paco, ¿se ve, si un niño vale para la pintura en un curso completo?”...Le pregunto.

“En un curso completo no, en el primer ejercicio que me hagan”.

Cuando le pregunto por su técnica favorita, su respuesta es la que podía dar cualquier amante de este arte: “todas”. Entonces aquí es cuando acaba mi entrevista y comienza uno de esos momentos con los que me estoy cobrando el trabajo de hacer este proyecto. Nos levantamos de la mesa y vamos recorriendo todos los rincones de la sala removiendo todas las pilas de lienzos y cuadros que aguardan en un rincón el momento de ser admirados: acuarelas, oleos, caballos, paisajes…

Nos pasamos un buen rato hablando de pintura, de fotografía, de la similitud entre ambas; del arte de la pintura, del arte de la fotografía. Cada cuadro que me enseña y me explica pasa de un color grisáceo a un colorido espectacular, toda la imaginación y el arte de este hombre está plasmado en cada obra que hace.

Después de ver algunas de mis fotos me invita a probar el arte del lienzo, a lo que le respondo que mi tarro de la paciencia para estar varios días dándole forma a un cuadro creo que está vacío. Sonriendo me dice que cuando quiera lo busque. Mi curiosidad me hace preguntarle si alguna vez ha encontrado momentos bajos de inspiración, momentos en los que no ha encontrado un proyecto que sacie su apetito. Su respuesta como una de las anteriores, certifica su amor por este arte.

“Yo el día que me muera, me dejo cosas sin hacer…no me va a dar tiempo a hacer todos los que tengo en la cabeza”.

 

Gracias Paco

 

 

11-52

MANOLO NARANJO GÓMEZ “MANOLO NARANJO”

 

Esta semana un juez ha decidido, que un acusado de violencia de género volviera a su casa por no tener donde vivir…

Os preguntaréis por qué comienzo hoy así…

Esta mañana fui a buscar a mi personaje a la Calle Frailes, no es la primera vez que he subido esa calle estrecha y sin salida en su búsqueda, si no recuerdo mal, ésta sería la tercera. La primera vez le presenté mi proyecto, y él, encantado aceptó someterse a mis preguntas y a mi objetivo. La segunda vez, decidido a realizarle mi entrevista me lo encontré recabando información de una montaña de periódicos, que delante de él, suben unos dedos de la mesa. Ahí estaba el personaje, su consentimiento en participar, mi cuaderno, mi cámara, yo… pero el problema que vi no era otro que mi capricho por ver y realizarle la entrevista en “directo”.

En “directo”… ¿por qué digo esto? pues muy sencillo, nuestro personaje de hoy es locutor de radio desde hace 30 años. Manolo Naranjo Gómez comenzó en 1984 en Radio Lebrija con un pequeño espacio en las tardes de radio. Manolo nació en Lebrija el 19 de Septiembre de 1964 en la casa del mosquito, aunque en sus primeros años de vida sus padres por motivos laborales se desplazaron a la vecina localidad de El Cuervo; él me cuenta, que sólo iba para asistir al colegio y los fines de semana se venía para Lebrija a casa de su tía.

Cuando entro en Radio Lebrija buscándolo, lo veo tras unas cristaleras que dividen el estudio del resto del edificio, cuando nota mi presencia, se quita los cascos y acude a recibirme invitándome a que lo acompañe.

-¿Manolo me siento aquí?

-Donde estés más cómodo - me dice

Intento sentarme lo más cerca de él, procurando dentro de lo que la mesa me permite buscar el mismo ángulo que él tiene para así no perder detalle de todo desde su misma perspectiva. Los cascos apoyados en los hombros y varios ordenadores y mesas de sonido son sus herramientas, bueno tal vez diría yo que no son herramientas, más bien diría que son sus complementos. La verdadera herramienta de Manolo es su voz. El rato que estuve acompañándolo mientras emitía en directo estuve pensando la cantidad de gente que escucha su voz a diario sin poder ponerle cara; como les sonara esa voz, con qué cuerpo y cara imaginarán ese tono.

Manolo es una persona elegante, de una engañosa apariencia seria, observadora hasta el punto de seguir varias veces mis manos cada vez que éstas se acercan a la cámara. Mientras nos narra en directo las noticias, su rostro cambia dependiendo de si es la buena o la mala noticia del día. Narrando la noticia que encabeza este texto, Manolo no puede dejar de finalizar la misma con un gesto claro de repudia a lo que está leyendo y contando.

Después de ver este gesto en él, mi pregunta es obligada. ¿Manolo, te has quedado alguna vez sin palabras, sin saber que contarles a tus oyentes?

Después de aguardar unos segundos a que alineara sus recuerdos, me cuenta cuando hace unos años en la Semana Santa de nuestra localidad el Cristo de los Gitanos cayó al suelo nada más salir de su capilla. Me cuenta que para él fue algo bastante duro, la reacción de la gente, el momento, una mezcla de todo hicieron que este hombre de infinitas frases se quedara sin palabras.

Manolo tiene un oficio complicado, un oficio difícil de desempeñar. Cuando encendemos la radio y escuchamos las noticias o cualquier tertulia, siempre estamos esperando escuchar una voz, ese tono de voz que con el paso del tiempo lo adoptamos como algo nuestro. Nuestro personaje entre otras cosas tiene la muy difícil tarea de escondernos el estado de ánimo en el cual se encuentra preso ese día.

Entre directo y directo, muy bien señalizados por un piloto rojo que ilumina un rincón de la mesa y débilmente su rostro, Manolo no deja de canturrear las propias melodías que él mismo “mete” en antena. Al tiempo, van llegando los tertulianos que poco después deben llenar el espacio en antena, van llegando las bromas, los preparativos sobre los temas a tratar y va llegando la hora de dar por acabada mi visita.

Gracias Manolo

 

12-52

MARIO FUENTES AGUILAR

Esta semana el trabajo lo voy a tener un poco más fácil, pues el personaje que os traigo no necesita presentación, no necesita que os diga dónde vive, ni siquiera la foto que acompaña al texto creo que me vaya a servir para refrescar algunas memorias. Para lo único que creo que me serviría es para recibir alguna que otra crítica profesional por parte de él.
Nuestro personaje de hoy es fotógrafo profesional desde los 18 años, más de 60 años plasmando su visión, su arte y sus inquietudes.
Mario, natural de Fuente de Cantos (Badajoz) nació el 28 de Mayo de 1935, muy pronto, sin haber cumplido aun los 18 años, parte hacia Sevilla para aprender el oficio junto a un fotógrafo primo suyo. 
En unos sillones, que al entrar en su estudio reciben a todos sus clientes y visitantes, me encuentro a Mario; no puedo deciros que me estuviera esperando, varias veces he ido a buscarlo, pero por diferentes motivos nunca lo logré encontrar.
Cuando llego y me presento Mario me invita a sentarme junto a él, mientras le explico el motivo por el que quiero incluirlo en mi libro y le voy enseñando las fotografías y reseñas ya incluidas, no deja de pasar hojas haciendo unas largas pausas en aquellas en las que están impresas las fotografías de nuestros personajes.
Por un momento pensé en preguntarle que le parecían las fotos, pero no estoy seguro si el no molestar o el miedo a lo que dijera me dejó con la incertidumbre.
“Zurbarán , el fotógrafo del Sur” como fue llamado en un artículo periodístico debido a su maestría por el uso de la iluminación en fotografía ha sido fotógrafo del periódico ABC, más de 25 años fotógrafo oficial de los Museos de Artes y Costumbres Populares y Bellas Artes, ambos de Sevilla.
Galardonado dos veces con el premio nacional de fotografía etnográfica, único fotógrafo que ha tenido el privilegio de fotografiar el auténtico Tesoro del Carambolo, historia que me cuenta como una anécdota curiosa y a la vez especial en su vida.
A mi curiosidad por saber su foto más especial, me contesta con una colección… “Del trigo al Pan”, colección que expuso en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro en Madrid.
-¿Mario cual fue tu primera cámara?
- Una Leyca M3.
-¿Cuántas cámaras has tenido?
- Ni idea, muchísimas…
-¿Conservas algunas?
- Todas.
Podría estar preguntándole a este maestro horas y horas, de técnicas, de colecciones, de sombras, colores, perspectivas…En fin, aprovechar el momento que estaba disfrutando; sin embargo, el papel de entrevistado que le di al llegar a su estudio sin darme cuenta me lo había devuelto y ahora el entrevistado era yo.
El porqué de esta locura de proyecto, que guión sigo para elegir el personaje, que me interesa del personaje…una batería de preguntas que como puedo le voy contestando.
Vuelve a coger el libro que, poco a poco, va engordando a base de incluir personajes y, como al inicio de la entrevista, pasa páginas a un lado y otro observando detenidamente las fotografías. 
Mario, hijo adoptivo de Lebrija desde 2003, conoce perfectamente a todos los que en mi libro está viendo. Yo no dejo de mirar su rostro para intentar adivinar su parecido hacia lo que está viendo, pero me es imposible, su cara no refleja pareceres ninguno.
-¿Mario te lo quieres quedar unos días y lo lees tranquilo?
- Si, si por favor déjamelo me gustaría leerlo.
Mi curiosidad por saber la opinión de Mario es tremenda y mi miedo también…
Gracias Mario

 

13-52

 

 

BENITA VIDAL SANCHEZ     “BENITA LA CHURRERA” 

 

Este domingo, como muchos otros, me dirigí a la “Rotonda de los Cuatro Vientos” o Rotonda de Santa Brígida como queráis llamarla; allí, en uno de sus recovecos y desde hace varios años, nos encontramos una pequeña churrería que le da a este rincón de Lebrija un olor especial. En esta ocasión, no fui hasta allí en busca de churros, en esta ocasión buscaba a la churrera.

Es curioso como un desayuno tan nuestro y tan barato está mayoritariamente  relegado a deleitarnos en fines de semana y festivos, también es verdad que mayoritariamente todo aquel que se dedica a esta profesión  lo hacía y lo hace como un suplemento más a su economía familiar.

En el caso de nuestro personaje me atrevería a decir que no es así, lo que empezó hace más de 39 años como un suplemento a su economía se ha convertido en su vida, su terapia y su medicina.

 Me cuenta Benita que por el año 1975 su marido Juan tuvo que dejar  de trabajar por enfermedad y que se vio con siete hijos obligada a salir adelante con 4000pts al mes, por lo que decidieron “ponerse” a vender churros 

Comenzaron en un pequeño puesto al final de la calle Sevilla, pará  más tarde situarse a los pies de la antigua Venta Santa Brígida donde intercalaban épocas de verano aprovechando el paso de los “domingueros” que pasaban con destino a la playa con la calle Dr. Mozo donde pasaban en una cochera prestada las épocas de invierno.

Mientras estoy hablando con ella, varios de sus hijos que diariamente la acompañan comienzan a recoger el puesto donde está asentada desde el 1992. Benita, a sus 87 años de edad, mientras me  atiende no  para ni un momento, limpia con gran cuidado todos los utensilios antes de recogerlos y guardarlos, sin querer no deja de organizar la recogida de su puesto, sus hijos y nuera que este domingo la acompañan no paran de decirle que lo deje, que se quite el delantal, que ya ellos acaban la faena, sin embargo Benita no puede quedarse de brazos cruzados, no deja nada por hacer, ni recoger…esa es su vida. 

Entre bromas por lo que le voy a cobrar al hacerle la foto, me sigue contando su historia. Historia de una persona trabajadora del campo: algodón, aceitunas, arroz e incluso cabrillas… todo con tal de llevar para delante  a sus 7 hijos.  Mientras habla conmigo me fijo en sus manos, limpias, blancas y bien nutridas; en su rostro, al mirarla, se pelean dos sensaciones, la de estar ante una mujer trabajada y a la vez una mujer muy cuidada. 

-¿Vienes siempre Benita? 

- Siempre. 

Tras esta pregunta, uno de sus hijos me cuenta entre risas que se puede llevar toda la semana quejándose de sus dolores, pero que cuando escucha por parte de alguno de ellos, que ese fin de semana no la van a recoger para ir al puesto, milagrosamente se pone buena…esa es su medicina y por qué no… también su terapia.

  

Gracias Benita.

 

14-52

MARÍA JOSE FERNANDEZ MUÑOZ
“MARI FERNANDEZ”...

La semana pasada decidí ir a buscar a un personaje un tanto especial para mi proyecto, Especial por quién es y especial por lo que le puede o podría pesar al incluirla en este proyecto.
Cuando os presenté este proyecto solo tenía una idea clara, la de no llevar un guión, ni un orden a la hora de incluir a alguien; os dije que no sabía si iban a ser políticos, pintores, herreros o zapateros. Ahora, después de trece personajes y siendo sincero, os debo confesar que el guión lo marca mi curiosidad por saber algo de él o ella.
Esta vez mi curiosidad me lleva a la Plaza de España, al Ayuntamiento y, concretamente, a su primera planta. A las 12:00h tengo cita en la Alcaldía con María José Fernández Muñoz, “Mari Fernández”, alcaldesa de Lebrija desde el año 2007.
Por una vez, decido irme un rato antes para preparar un poco la entrevista, sentado en un recoveco y a unos metros de la puerta de la Alcadia intento alinear unas par de palabras que me sirvan de guión para llevar a cabo mi encuentro con ella.
Sentado en un sofá y con mi libreta abierta, me paso más de 20 minutos intentando hacer lo que en ese momento me es imposible… qué le puedo preguntar yo a una mujer que pienso que a sus 53 años ha sido todo lo que ella ha querido ser. Es curioso, pero bajo la atenta mirada de un busto de Gustavo Adolfo Becquer estaba yo intentando encontrar palabras, frases y preguntas que hacer para poder rellenar estas líneas.
Cuando son las doce en punto y con una sola anotación en mi libreta: “Mari, dime tu fecha de nacimiento”, me hacen pasar.
Al entrar en el despacho, Mari Fernández me recibe de pie tras su mesa, después de saludarnos es ella la primera que pregunta.
-¿Donde nos ponemos?
-Aquí estamos bien Mari…le respondo.
Después de explicarle brevemente mi visita comienzo con la única pregunta que traigo preparada.
-¿Mari cuál es tu fecha de nacimiento?
Arrugando un poco el labio me responde… el 27 de diciembre cumpliré 53 años.
-¿Cuantos años llevas en política?
- 24 años, ya.
Su carrera política comienza como concejala de Cultura y Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Lebrija, diplomada en Trabajo Social no podía empezar su andadura de otro modo que este.
Uno de los primeros parones que realizo para anotar en mi libreta lo aprovecha María José, para hacer una de las cosas que mejor dicen que hace…Pedir.
Me cuenta el nuevo proyecto en el que están inmersos desde el ayuntamiento, una APP Móvil: “El Ayuntamiento en tu bolsillo”; con la que tienen la intención de dar a conocer Lebrija a cualquier persona y me ofrece incluir este proyecto y dar a conocer a todos los personajes que semana tras semana os voy presentando.
Mientras me lo cuenta su cara y sus palabras me dejan ver con la satisfacción que habla de Lebrija. Sin dudarlo un momento mi contestación es afirmativa.
Después de ver la muestra de satisfacción que me ha mostrado por un proyecto que acaba de nacer, le pregunto.
-¿Qué te preocupa ahora mismo?
- Me preocupa y me cuesta digerir que con todo lo que estamos haciendo ahora mismo en Lebrija no seamos capaces de arreglar el problema del paro.
-¿Me podrías decir el momento más complicado que has pasado en política?
- Hay muchos, pero por gravedad, en 1998 siendo Delegada provincial de empleo tuvimos el vertido tóxico de las minas de Aznalcóllar, aquello fue una situación bastante complicada que me hizo interrumpir la cuarentena de mi hijo por la gravedad del asunto.
-¿Y momentos buenos?
- No sabría decirte, la política da muchos quebraderos de cabeza, pero también muchos momentos de satisfacción, muchas pequeñas cosas que te hacen sentir bien. Cada vez que ayudas a una familia en dificultades, cada vez que ves un proyecto concluido…te llenas de alegría y satisfacción. Por supuesto, un momento inolvidable fue el día que salí elegida alcaldesa de mi pueblo.
María José Fernández tras sus inicios en Lebrija partió rumbo a Sevilla donde desempeñó los puestos de, Delegada provincial de empleo, Viceconsejera de Bienestar Social y Diputada provincial de Cultura y Deporte; para después de 11 años volver y cumplir uno de sus sueños.
-¿Qué te queda Mari?, ¿aspiras a algo más?
- No, hasta aquí llegué, aquí me encuentro bien, es lo que me gusta… de todos los cargos que he tenido aquí es donde me encuentro más a gusto y más realizada.
Por un momento, pienso en dar por acabada mi entrevista, pero recuerdo que estoy ante la alcaldesa de Lebrija y ella me estaba respondiendo a todas y cada una de las preguntas que le estoy formulando; en ningún momento le noto ni el más mínimo gesto de contrariedad hacia mi o hacia cualquiera de mis preguntas, así que sigo preguntando y seguimos charlando durante un rato más. Aquí sólo están algunas de ellas, las que bajo mi punto de vista son más importantes para reflejar el compromiso de esta mujer con Lebrija; el resto me las quedo, como ya dije en otra ocasión, son el precio que cobro por este proyecto.
Dando por acabada mi entrevista me fijo que detrás de ella y abierto por el articulo 140 se encuentra la Constitución Española.
- ¿Mari ese libro es la Constitución?
- Si… mira fíjate abierto por el artículo 140 el referente a la administración local, algo que sin duda están dispuestos a cargarse.

Gracias Mari

 

15-52

 

 

JOSE MANUEL HERMOSIN BARRAGAN “EL SASTRE”

El personaje de esta semana en gran parte es vuestro, después de catorce semanas de vida de este proyecto cada vez sois más los que me pedís o me aconsejáis a uno u otro personaje. En este caso aunque estaba en mi lista me faltaba el empujón que la fecha y mucho de ustedes me han dado para ir a buscarlo.
Por mi parte, lo poco que sabía de este hombre era donde trabajaba y a que dedicaba sus mañanas de viernes Santo. Me gustaría ponerme un día al otro lado del proyecto, la verdad no sé si sería capaz de entregarme de la forma y con la sinceridad que se están entregando hasta ahora todos los personajes que forman parte ya de este proyecto. Sinceridad hasta el punto de terminar en lágrimas y sinceridad hasta el punto de contar algo que ellos mismo saben que no deberían contar.
Cuando llego a buscarlo a su lugar de trabajo me lo encuentro saliendo de su oficina, sin esperar a que me preguntara que quería, comienzo a explicarle lo que quiero de el. En su cara se mezclan dos sensaciones, la de extrañeza y la de felicidad.
-¿Por qué yo? Me pregunta varias veces
Le explico que el significado de “personaje” en mi proyecto entre otras cosas es aquel que “Todos sabemos quién es, pero nadie sabe cómo se llama”. Sin haberse borrado aun la mezcla de sensaciones que reflejaba su cara, me ofrece pasar a un pequeño despacho invitándome a sentarme. José Manuel coge otra silla y se sienta junto a mí, prueba inequívoca de la sinceridad que me va a mostrar durante la entrevista.
Poco más de una pregunta es lo que me ha costado descubrir toda una vida, una vida que comienza el cuatro de Septiembre de 1963 en Sevilla, y para ser más exactos en la calle Pelay Correa de Triana. Poco tiempo estuvo José Manuel en Triana, cinco años, los que tardo su padre que en aquella época trabajaba en Lebrija de sastre en traérselo a él y a sus hermanos.
Aquí empieza uno de los momentos, creo yo, que más duros para José Manuel de toda la entrevista... era inevitable que después de mi pregunta ¿Cómo llegaste a ser capataz del Cristo de la Vera cruz?... Acabáramos hablando de su padre, varios minutos “El Sastre”, el chofer del alcalde como mucho de los Lebrijanos lo recordaran, acabo sentado junto a nosotros en aquella pequeña oficina durante gran parte de la entrevista. Con todo lujo de detalles José Manuel mezclando la vida de su padre con la suya me cuenta sus comienzos en la Hermandad, como acompaño a su padre alrededor de 35 años ejerciendo de contraguía, como llego a ser capataz a partir de 1987, la tradición que ha heredado de su padre a la hora de sacar su Cristo a la calle… 
El brillo que poco a poco va apareciendo en los ojos de José Manuel refleja con la sinceridad y la fuerza que me lo está contando todo. Si a este personaje le faltaba algo para que me fuera sincero en este momento sin darme cuenta lo había conseguido al sacar a relucir la figura de su padre.
-¿José Manuel, que es mas especial la salida o la entrada? 
- No sabría decirte, todo un poco…quizás no especial pero si es importantísima la salida por la emoción y la forma de salir, una tradición que comenzó mi padre.
_ ¿Y cuando estás en la calle, que rincón o que zona es especial?
-Todo rincón tiene su “cosa”, pero me gusta mucho, no sabría decirte por qué, el tramo desde la salida hasta el asilo, el frescor de la mañana, la relajación después de los nervios de haber salido, los cuatro cantillos, no se…
El “capataz de la salud” como muchos cofrades empiezan a llamarlo por su afición a dedicarle las “levanta” a personas con problemas de salud, comienza a hablarme de sus queridos costaleros o amigos como él me dice , las convivencias con ellos durante todo el año, sus vivencias con ellos, el que llego a la cuadrilla, el que se fue. Mientras está hablando de sus costaleros se le nota orgulloso de ellos, me cuenta el regalo que estos le acaban de hacer…su herramienta para este viernes Santo, un llamador, que con orgullo me dice “este año los va a llamar”.
Dejando a un lado su pasión cofrade le pido que me cuente un poco sobre su oficio, un oficio que mezcla la tradición alfarera de Lebrija con la originalidad , que junto a sus dos compañeras le dan en su empresa “Cerámica Artística Lebrijana” a infinidades de cacharros, murales, botijos etc.…
José Manuel se encarga casi en su mayoría como no podía ser de otra forma de los murales con imágenes religiosas. En estos momentos en una pequeña sala decoradas de carteles religiosos en la mayoría hechos por él se encuentra realizando un mural en donde ya se puede ir distinguiendo el rostro de un Cristo.
Coripe, Montellano, Los Molares, Méjico, Holanda, Francia, La Rioja son algunos de los destinos de algunas de las obras de este personaje que Triana un día le prestó a Lebrija, o mejor dicho que Lebrija presto a Triana para que lo viera nacer.

Gracias José Manuel

 

16-52

 

ANA DOMINGUEZ CABALLERO "ANITA LA RELOJERA"

El personaje de esta semana es, sin duda alguna, de los más conocidos que llevo hasta el momento. Toda persona en algún momento de su vida, por una u otra razón… bautizo, comunión, boda o simplemente por capricho ha portado alguna que otra joya en su cuerpo. En esto que os acabo de contar parte de culpa la tiene nuestro personaje de hoy… Ana Domínguez Caballero “Anita la relojera” como es conocida esta mujer que el día 2 de mayo cumplirá los 86 años.
Varias veces en compañía de mis padres o de mi abuelo estuve en aquella tienda, incluso la gran amistad de mi abuelo con la familia no salvaba mi timidez para pedir que saciaran mi curiosidad por ver lo que al fondo del pasillo existía. Cuando entrabas en aquella tienda unas campanitas al ser golpeadas por la puerta te daban la bienvenida y entonces era cuando de una pequeña mesa que existía al fondo del pasillo se levantaba Ana y acudía al mostrador.
No sé deciros si era mi corta edad o las fábulas de mi abuelo las que me hacían pensar que en esa pequeña mesa algo extraño sucedía para que las manillas de un reloj que permanecían inmóviles en cuestión de segundos bailaran al son del tiempo o que cualquier pulsera o cadena que muy cuidadosamente entraba escondida en un pañuelo saliera de allí abrazadas a muñecas y cuellos.
Al llegar esta tarde a la tienda, me encuentro a Ana leyendo mi libro, que gustosamente le dejé esta misma mañana para que viera el porqué de mi visita. Al sentirme llegar, lo suelta en un rincón del mostrador y alzando un poco la vista, como yo la recordaba de años pasados, me mira.
- Buenas tardes yo soy el del libro. Le comento.
- Ahora mismo lo estaba hojeando un poco, me gusta lo que estás haciendo, conozco a muchos de los que he visto en tu libro… bueno tú me dirás que te cuento.
A partir de aquí y sin mediar preguntas por mi parte, Anita la relojera empieza a contarme toda su vida. Una vida que comienza el 2 de mayo de 1928, sus padres naturales de Trebujena comienza con el oficio de joyero y relojero con un pequeño “carrillo” arreglando por las calles las pocas joyas y relojes que por aquel entonces había.
Muy pronto, con apenas 5 años, Ana tiene que dejar el colegio a causa de la muerte de su madre para ayudar en la casa. Criada por su tía y su padre empieza a aprender el oficio con tanta rapidez que con 11 años está detrás del mostrador ayudando a su padre en la tienda, que por aquel entonces, se encontraba en la misma calle Trinidad junto a la casa hermandad de la Veracruz.
Ana por un momento deja de hablar y haciendo memoria me comenta.
- En tres sitios distintos hemos estado, todos en la misma calle, primero en el número 2, más tarde nos mudamos al número 6, para finalmente acabar aquí, en el número 9.
Cuando empieza a contarme su oficio, no deja de hablarme de lo bonito que es, de lo que le gusta…fundir el oro, la plata, cómo hacían las alianzas, el grosor, la anchura, cómo le cogían las medidas al novio o a la novia y de cómo debido a la miseria de aquella época el que tenia el privilegio de casarse con unas alianzas era porque su madre fundía algunas de las pocas joyas que tenía.
En el año 1969, al morir su padre, su hermano José y ella se hacen cargo del negocio; me relata cómo ambos tenían la obligación de subir cada seis días a lo más alto del ayuntamiento para darle cuerda al reloj, para engrasarlo y para mantenerlo en perfecto estado. En definitiva, a evitar que el tiempo se parara en Lebrija.
- ¿Ana como era ese reloj?
- Maravilloso…era un reloj mecánico, una autentica joya.
- ¿A que te dedicas ahora Ana?
- A disfrutar de mis cuatro sobrinos que son cuatro soles, a echar mis ratitos en la tienda, a pasear con mi hermana, a mi hobby…
- ¿Ana tu hobby?
- Mi colección de relojes y también a arreglar los relojes, las cadenas…todo lo que me traigan mis sobrinos.
- ¿Sigues trabajando?
- Solo para ellos.
Al escuchar esto, no puedo evitar que mis ojos se fueran a sus manos como si estuviera buscando una prueba, como si no me creyera que una mujer de 86 años tuviera aún destreza como para arreglar un reloj o soldar una cadena. Ciertamente, sus manos finas dejan ver débilmente la prueba de que no han olvidado nada de lo que en toda una vida fueron aprendiendo.
- ¿Ana te hago la foto?
- Cuando quieras y donde quieras.
Lo siento, pero no me puedo ir de aquí sin ver el final de este pasillo, así que le pregunto si la podemos hacer allí, a lo que me responde gustosamente que si.
Después de muchos años iba a saciar mi curiosidad. Siguiendo a Ana por ese pasillo me lleva a una pequeña mesa alumbrada por una pequeña lámpara, la cual alumbra a cientos de diminutas herramientas y cajitas. Nunca había visto herramientas del tamaño y la forma de aquellas que tenía enfrente, todas ella no dejan de ser objetos inmóviles por si mismo, objetos que sin unas manos como las de Ana nunca podrían a hacer bailar a un reloj al son del tiempo.

Gracias Anita

 

17-52

 

MARIA RUIZ ROMERO “MARIA RUIZ”

Hay ocasiones en las que creemos conocer a alguien solamente por ser una persona que estamos habituados a ver, escuchar o como en el caso de este personaje a ser lector de sus relatos.
El empujoncito que me faltaba para ir a buscarla precisamente a sido ese, sus relatos… unos relatos que te acercan a lo cotidiano, unos relatos que muy bien podían haber sido vividos por cualquiera de nosotros. 
Después de dieciséis semanas de proyecto y dieciséis personajes, me he dado cuenta de un detalle que voy a tratar de cumplir en lo que me resta de aventura. Cuando decido ir a buscar a un personaje y el encuentro con él se realiza “por sorpresa”, es cuando realmente estoy seguro de que os voy a enseñar el personaje que todos habéis o vais a ver por las calles de Lebrija.
Dos veces quede con María y esta es la razón por la que nunca fui a la cita, quería ver a esa María natural, a esa María que cuando lees sus relatos de la vida cotidiana o escuchas en las tertulias de la radio te dejan la agradable impresión de ser una mujer sencilla, alegre y amiga de todos.
María Ruiz, como es conocida nació el 26 de enero de 1964 muy pronto con apenas diecisiete años se adentro en el mundo del periodismo colaborando con un periódico local, sus comienzos los compaginas con sus tareas de cocinera en el bar que la familia regentaba, cosa por la que también es llamada “María Lechuga” en referencia al citado bar. 
Ya en el año 1982 junto con algunos de sus compañeros del periódico empiezan con la “aventura”, como ella me dice, de la radio. Una aventura que me relata, fueron las de una radio humilde, sencilla, pero cargada de una gran ilusión, montajes, noticias, música e incluso limpiadora eran algunas de las tareas que debía realizar.
Entre llamadas y entradas en directo en antena, María, poco a poco va contándome un poco todo lo que una vida en la radio le ha dado, como dio el paso para ser ella la locutora que todo buen aficionado en Lebrija al futbol escucha cada domingo, paso que entre risas me cuenta que dio por que no había otro que lo hiciera. Me explica un poco el “puntito” que ella dice que la radio tiene de mas, a cualquier otro medio de comunicación; el poder estar hablando de cualquier tema, desde cualquier punto de vista sin tener la presión de tener a nadie mirándote.
Debo deciros que María me ha causado una sensación extremadamente buena, la forma en la que me ha contado su vida, el vocabulario usado para ello y la cercanía con la que me lo ha contado todo es sin lugar a dudas la herramienta con la que esta locutora de radio logra acercarse a todos sus oyentes cada día. 
Una de las dudas que traía conmigo a la espera de que María me la resolviera, era la de que nombre usar cuando estuviera escribiendo estas palabras, María Ruiz, María La del Lechuga o María Primavera…es curioso como esta mujer es reconocida en Lebrija con tres nombres, o tal vez deberíamos decir tres épocas de su vida, o tres generaciones de oyentes… no lo tengo muy claro, lo que si tengo perfectamente claro es que en sus tertulias, comentarios o con sus historias de la vida cotidiana logra atraer la atención de toda clase de oyentes sin excepción de edad, ideología o cultura.
Al final creo que he logrado mi propósito de ver a una María tal como es, he visto sus momentos de agobios en el trabajo, sus momentos de madre orgullosa, sus momentos alegres, sus momentos de nostalgia y porque no decíroslo su momento de mujer, ese momento que sin darse cuenta me ha enseñado a la hora de realizarle la foto con la que suelo acompañar estas palabras.
Cuando me despedí de María y me iba alejando de la calle Los Frailes la sensación de haberme dejado algunas preguntas en el tintero cada vez era mayor, mientras más me alejaba más preguntas me surgían, como si ella no me hubiera contado todo lo que yo quería escuchar y la realidad no es más que la que me había encontrado, delante de una persona a la que una sola pregunta no es suficiente porque la respuesta de esa pregunta te hace realizarle otra y la de esta otra, otra y así sucesivamente… como si nunca quisieras dejar de oírla. 
Gracias María

 

18-52

 

JUAN LUIS LOPEZ MUÑOZ "JUANLU LOPEZ"

“Camina hacia el futuro, abriendo nuevas puertas y probando cosas nuevas, se curioso... porque nuestra curiosidad siempre nos conduce por nuevos caminos” (Walt Disney)
¿Os estaréis preguntando por que empiezo esta semana así?
Es muy sencillo, simplemente porque refleja la vida de nuestro personaje de la semana, Juan Luis López Muñoz “Juanlu”, un Lebrijano cuya discapacidad le ha enseñado a vivir la vida de una forma diferente.
No conocía a Juanlu, pero tenía ganas y curiosidad por estar un rato con él, ¿Cómo un chaval con ese tipo de parálisis, sin poder hablar, sin poder andar y sin poder usar sus manos de una forma normal podía ser tan conocido en Lebrija por sus logros?
La respuesta quizás no os la pueda dar yo, quizás no sea capaz de transmitiros todo lo que en apenas una hora este chaval ha logrado transmitirme a mí. En apenas una hora de encuentro me he dado cuenta que un problema no es un problema, que un obstáculo no es un obstáculo y que la lucha diaria que todos tenemos no es más que una etapa más en su camino de superación personal.
Tenía miedo por verlo, miedo por él, miedo por mi posible torpeza a la hora de dirigirme a él, miedo de llegar a incomodarlo de alguna forma; un miedo, que en apenas cinco minutos, y gracias a su forma de ser, desapareció.
Juanlu es una persona alegre, muy amigo de sus amigos, en bastantes momentos de la entrevista me deja ver su parte más humana y sincera. Ayudado de una pizarra, donde poco a poco con el dedo va alineando frases y palabras, te transmite la sabiduría que lleva dentro. Creyendo que la entrevista me iba a ser difícil y que mis preguntas debían ser claras y cortas empiezo a hablar con él.
Solo una pregunta he necesitado realizarle para saber todo lo que quería saber de su vida. ¿Cuántos años tienes Juanlu?
- 43 años me responde
43 años de lucha constante que le han hecho ser una persona bastante querida y, sobre todo, respetada en Lebrija. Una vida que nos ha querido enseñar escribiendo un libro, el cual amablemente trae a nuestro encuentro.
“Abriendo puertas”, un libro lleno de momentos e historias que este personaje ha tenido que ir sorteando durante su vida. Desde sus comienzos en el Colegio Público Elio Antonio pasando por la Asociación Juan Díaz de Solís o el Colegio Público Recreo de Don Ramón, donde entre risas me confirma, que en otra de sus luchas consiguió un ascensor para el colegio cuando salió elegido representante de los alumnos en el consejo escolar. Para finalmente acabar preparándose en tareas administrativas en el Instituto de Formación Profesional Bajo Guadalquivir. 
Estamos varios minutos hablando de sus profesores... Ernesto, Rosa María, Maruja etc. De todos ellos guarda un entrañable recuerdo. Sin darnos cuentas y casi sin ayuda de su tabla iniciamos una conversación que nos lleva desde sus viajes a Francia e Inglaterra a sus participaciones en varios debates de la tele aportando sus opiniones sobre la política de hoy en día.
Una de las cosa que más me ha llamado la atención por la importancia y la repercusión que ha tenido es el proyecto que realizó cuando, empleando su tiempo libre, decidió callejear por Lebrija con ayuda de su carro y anotar las diferentes barreras arquitectónicas que existían en el pueblo. Proyecto que entregó al Ayuntamiento y que me cuentan que es uno de los pilares más importantes a tener en cuenta que tiene este organismo a la hora de arreglar o modificar una de nuestras calles.
Lo que empezó, como dije antes, como una entrevista difícil, ha pasado a convertirse en una entrevista especial, especial por como ha sido y especial por lo que me ha llegado a transmitir esta persona. Una vida dedicada a luchar por él y por los demás, una vida dedicada a convivir con su parálisis de la mejor forma posible y sin darle importancia a unos logros que cuando escucha por palabras de otro, demuestra su gran humildad respondiendo con una sonora carcajada.
Conseguir que uno de sus proyectos sea de obligada referencia a la hora de diseñar su pueblo, conseguir que pueda levantarse por las mañanas y visitar a sus amigos en diferentes puntos de Lebrija sin encontrar obstáculos, conseguir que diferentes administraciones locales y autonómicas le abran la puerta para ser escuchado y en bastantes casos sus peticiones por ser realmente sensatas y necesarias sean realizadas tiene un mérito y una valía extraordinarias. Antes de despedirnos, entre risas, deja caer lo que puede ser su próxima lucha, volver a publicar su libro algo que no le va a ser fácil debido a la falta de financiación.
Podría seguir hablando de Juanlu durante varias páginas, pero me quedo con su valía, su sensatez, su trabajo y, sobre todo, como con ayuda de su familia ha transformado su discapacidad en capacidad.
De todas las entrevistas que llevo realizadas me quedo con un momento, con un gesto o una confidencia, de esta me llevo una frase que Juanlu ha usado en la contraportada de su libro, que más que una frase es un toque de atención a todos y una estupenda declaración de intenciones:
La discapacidad merece la pena ¡Vívela!
Gracias Juanlu

 

19-52

RICARDO RODRIGUEZ COSANO “RICARDO COSANO”

Fandangos, soleares, bulerías, malagueñas, tarantos, saetas… lo que a la inmensa mayoría de nosotros nos pueda sonar como diferentes... formas de cantes flamenco para nuestro personaje de la semana no es mas ni menos que parte importante de su vida.

Ricardo Rodríguez Cosano, “Ricardo Cosano” un Lebrijano de adopción natural de Casariche que ha desarrollado casi al completo su carrera profesional de educador en Lebrija, desde que comenzó con apenas 18 años en la desaparecida Escuela de la Plaza Rector Merina, un poco mas tarde y a causa de su llamada para la realización del servicio militar parte de Lebrija para finalmente volver en el 1965.
Es escritor de al menos dieciséis libros sobre flamenco; colabora en distintas revistas relacionadas con este tema y es destacado ponente en conferencias, acercando al gran público sus conocimientos como flamencólogo.

Sus comienzos en el mundo del cante me parecen bastante curioso, con apenas diez años Ricardo comienza cantando en un coro Eclesiástico, con diez años me cuenta que canta su primera saeta y que con el tiempo y sin apenas darse cuenta comienza a escribir sobre su pasión, el flamenco.
Estudioso y entendido hasta el punto de que numerosos organismos acuden a el para que les despeje las dudas sobre tipos de cantes, cantantes y autoria de diferentes letras y palos.

Perteneciente a la sociedad de autores como letrista y compositor musical numerosa de sus letras están siendo cantadas por diferentes cantaores y paseadas para orgullo de el, por numerosos tablaos y festivales.
Hasta aquí la entrevista de esta semana con nuestro personaje de Casariche nombrado hijo predilecto de Lebrija desde el año 1988 se ha basado en saciar mi curiosidad por conocer el porque de su gran afición por el flamenco., ahora quería conocer un poco mas, llegar donde todos esperáis semana tras semanas llegar a conocer de un personaje.
Dando casi por acabada mi entrevista y aprovechándome un poco de la hospitalidad de mi entrevistado le sugiero el poder hacerle la foto en su rincón., Aquel rincón que todo artista tiene lleno de historias, de pensamientos , de trabajos sin hacer, de trabajos hechos y de trabajos que quizás algún día salgan a la luz para disfrute de todos. Levantándonos de la mesa en la que estábamos en compañía de su esposa y de mi hijo nos adentramos por un pasillo estrecho hasta llegar a su rincón, al llegar y abrir esa pequeña puerta me doy cuenta que no es un rincón cualquiera, ese rincón muy bien pudiera estar anclado en cualquier biblioteca nacional como la historia viva del flamenco desde sus comienzos hasta nuestro días.
Libros, cassettes, discos, cd, cuadros, y fotos todas relacionadas con flamenco.
Estaría seguro que si todo lo que Ricardo posee en esa habitación se alineara por fechas, palos y se alineara con la sabiduría que este personaje me ha demostrado en el día de hoy, estaríamos alineando sin duda alguna la historia mas completa de flamenco que cualquier persona pueda poseer.
Con una simple historia que me lleva desde Huelva hasta un cortijo de la Sierra Sur de Sevilla, pasando por Gerena y un CD con 18 canciones me demuestra su trabajo de investigación, un trabajo de investigación que lo ha llevado a demostrar como un mismo tipo de cante por el simple echo de haberse mudado junto a su cantaor es llamado de diferente forma en dos sitios distintos, algo que ha logrado demostrar a base de ímpetu, trabajo y sabiduría flamenca.
Una de las preguntas que le echo a varios artistas y que siempre por amor paterno, por amor a todos sus trabajos se ha quedado en el tintero.
¿De cual de tus libros te sientes más orgullosos?
El ultimo…Letrista y Flamenco de Lebrija con prologo y fotografías de mis hijas, a este le tengo un cariño especial sencillamente por eso.
Sencillamente por eso, al amor paternal que todo artista tiene por su trabajo en este caso Ricardo le a sumado el amor paternal de cualquier padre por sus hijos lo que le ha hecho a su ultimo libro estar un peldaño mas altos a los demás.
Gracias Ricardo.

20-52



FRANCISCO DORANTES

CARO “FRAN DORANTES”

La guarnicionería o talabartería

es el arte de trabajar diversos artículos de cuero o guarniciones para

caballerías. Se considera guarnición a la fabricación o arreglo de sillas de

montar de caballería, albardas y aparejos.

Esta semana me he ido a buscar al más joven de los

personajes que hasta ahora están incluidos en mi proyecto, Francisco Dorantes

Caro, “Fran Dorantes”, un Lebrijano que con apenas 14 años decidió ser

guarnicionero. Una decisión que me atrevería a deciros ha marcado el devenir

suyo y por que no decirlo, también el de su familia.

Fran comienza su aventura en la guarnicionería con

un pintoresco personaje de este mundillo como era Federico “El capaó” con 14

años. Poco tiempo más tarde, después de haber estado cursando estudios de

guarnicionería y orfebrería y después de trabajar e ir recalando conocimientos

con varios artesanos del gremio en la zona de Sevilla y el resto de Andalucía,

decide iniciar su andadura como empresario en 1994 a la edad de 28 años.

Quizás haya sido esto, la recolección de diferentes

formas de ver la guarnicionaría, diferentes formas de trabajar, diferentes

diseños, materiales… y la sabiduría de Fran para alinearlo todo a su antojo han

echo de este personaje ser reconocido en el mundo de la guarnicionería y del

enganche a nivel nacional e internacional.

Debo deciros que la ignorancia que poseo de este

mundo del caballo y enganche es absoluta, pocas veces había entrado en una

guarnicionaría, pero entrar en esta y hablar con Fran ha sido muy

reconfortante. El olor a cuero y tinte te da la bienvenida nada más llegar, la

claridad de un gran ventanal arropada por la blancura de paredes y muebles

hacen de ese taller una estancia agradable; varios armarios y estanterías

guardan una infinidad de pequeñas herramientas y cueros. Francisco va de un

sitio a otro revisando los trabajos que van realizando cada uno de sus ochos

trabajadores, señal de la exigencia que nuestro personaje busca en los acabados

de sus trabajos, trabajos y acabados que un poco mas tarde pude comprobar y

fotografiar en su exposición.

Francisco comienza a hablarme de su historia, de

todo lo que voy preguntando, de sus clientes, de sus exposiciones, de su vida,

de los tipos de cueros que usa, de los aparejos que prepara, de las

restauraciones que a lo largo de su corta vida como profesional ha llegado ya a

realizar. Mi libreta no deja de llenarse de exclamaciones, signo que suelo

añadir detrás de mis apuntes cuando alguno de ellos me resultan atrayente.

Restauraciones a las más prestigiosas casas reales,

instituciones y museos internacionales, creaciones para los mejores y más

exigentes aficionados hacen el día a día de este guarnicionero y de toda su

plantilla. Me resulta bastante curioso que cada pregunta que realizo a

Francisco, él a su vez, vuelve a hacérsela a todos sus compañeros; señal

inequívoca del buen ambiente que este guarnicionero ha llegado a crear en su

taller.

Una de las cosas que me estoy dando cuenta al

realizar este proyecto es la certeza de que Lebrija cuenta con un gran futuro

humano de artistas y de profesionales; un gran futuro, que hace que gente como

Francisco, poco a poco sean responsables de que el nombre de Lebrija cada vez

se más conocido fuera de nuestras fronteras.

Llega uno de los momentos que en todas las

entrevistas se me va presentando, uno de esos momentos en los que la falta de

preguntas te hace creer que ya sabes bastante. Le pido a Francisco permiso para

visitar su exposición, a lo que encantado me muestra el camino. Encontrándome

sentado en uno de los escalones de la entrada de su taller, sentado en un suelo

de baldosines antiguos entrelazando crema y beige, me levanto y me dirijo en

busca de su trabajo. Al pasar por unas puertas de madera blanca, lo primero que

me encuentro es parte de la sabiduría de Francisco, una biblioteca que después

me cuentan dispone de una de las mejores colecciones sobre el arte de la

guarnicionería que se conoce, siendo pionero en el desarrollo y creación de sus

propias publicaciones.

A partir de aquí, lo que le espera al visitante es

difícil de contar, una explosión de contrastes y formas que me hacen

rápidamente empezar a fotografiarlo todo. Suelos de madera, paredes altas y

blancas que elegantemente se unen a otras de ladrillos vistos para terminar

todo en un techo de vigas que esconden en su interior parte de la magia que

nuestro personaje es capaz de hacer y diseñar partiendo de un trozo de cuero.

Restauraciones de las más diversas y de los más diversos personajes Primo de

Rivera, Isabel II, Alberto I de Bélgica... se encuentran en esta estancia junto

a creaciones nuevas, pero no por eso menos bellas.

Mientras visitaba y fotografiaba la exposición de

Francisco, al ver uno de los pedidos que cuidadosamente esperan su momento de

partida, una pregunta queda escrita en mi libreta para intentar saciar mi curiosidad.

¿Explícame un poco como has logrado ser proveedor

de la Casa Real Española desde el 2005?

Una pregunta que, tras ver todo lo que he visto, se

queda en la libreta, no creo que me vaya a decir más de lo que ya he visto…

trabajo, constancia, cordialidad, diseño y, sobre todo, mucha sabiduría y arte

guarnicionero es la respuesta.

Gracias Fran.

21-52

BENITA RUIZ FUENTES

“LA TÍA BENITA”

Varias veces escuché la frase “la

buena comida se anuncia a la nariz desde la cocina” y esto precisamente es lo

que me ha llevado esta semana a casa de nuestro personaje. No sabía con

seguridad dónde vivía, solo la calle y vagamente la altura en la cual podía

encontrarla, pero mi horario de visita acercándose a la una del mediodía y las

manos de nuestro personaje en la cocina me indicaron el camino.

Siguiendo un agradable olor a guiso me adentro en

un patio sevillano repleto de macetas y donde el color verde es el principal

protagonista. Una vez que estoy en ese hermoso patio, no viendo a nadie decido

alzar la voz y llamar a La tía Benita, como si ese olor a guiso fuera la

confirmación de que estoy en la casa adecuada y no podía equivocarme.

Benita Ruiz Fuentes, “La Tía Benita”, asomándose

desde una pequeña puerta que adorna uno de los costados del patio me saluda.

-Buenas tardes

-Buenas tardes, usted es la Tía Benita, ¿ verdad?

-Si hijo.

Benita se acerca un poco al centro del patio y

comienzo a explicarle el porqué de mi presencia. A medida que voy explicando y

enseñando los personajes que están ya presos de mi libro, Benita comienza a

sonreír y a mirarme. Una mirada que me da claramente la respuesta a la pregunta

que siempre sigue a la presentación de mi proyecto.

-¿Le puedo hacer unas preguntillas y una foto?

- Claro hijo, espérate un momento que ponga el

fuego lento.

Entre frondosas macetas Benita me invita a sentarme

junto a ella en una pequeña mesa y comienzo a preguntarle y amablemente ella

comienza a responderme.

Benita, natural de Lebrija, nació en el Pozo Nuevo

en 1931, un poco más tarde se muda con sus padres a la calle San Francisco.

Como era habitual en aquellos tiempos, la necesidad económica la hace comenzar

muy joven a trabajar de limpiadora en la casa de los Martínez. Una vez que

Benita toma la decisión de casarse se muda a su actual dirección de la Calle

Antonio de Nebrija.

Llegado a este punto en el cual Benita me ha

contado de su vida todo lo que quiero y siguiendo el guión de mi proyecto, le

pregunto por la razón por la que es tan conocida en Lebrija.

Es curioso como muchísimos Lebrijanos, en los

cuales me incluyo, alguna que otra vez ha comido algún plato preparado por ella

y es curioso porque solo sabía de esta cocinera su nombre :“La Tia Benita” . No

sabría deciros porque, pero sin haber estado nunca frente a ella, me ha

parecido encontrar a la persona que me imaginaba.

La razón no puede ser otra que la inclinación que,

desde pequeños, tenemos todos a imaginarnos un personaje dependiendo de las

historias que conocemos de él. En este caso, el paladar es el encargado de dar

forma a esta historia y, por eso, no podía haber imaginado de otra forma a la

que hoy amablemente ha estado un rato sentada junto a mi desgranándome toda su

vida.

Sus vecinas forman parte importante de la

entrevista, todas la llaman Beni, me cuenta los buenos momentos que todos los

años comparte con las amigas de su calle en las noches de verano, en las

tertulias al fresco, en el montaje de su cruz; una cruz que en un rincón del

patio se encuentra enmarcada frente a otra de sus debilidades, La Virgen del

Rocío.

Mientras Benita me sigue hablando de sus vivencias

en el Rocío, de sus antiguos compañeros de la peña “La Tía Benita”, el olor a

“papas guisa” me hace retornar la entrevista por su faceta de cocinera.

-¿Benita cuéntame cómo empezaste a cocinar por

encargo?

- Pues mira niño, no lo se… yo cuando iba al Rocío

con la peña era la mayor y me encargaba de cocinar para todos; supongo que todo

viene de ahí. Después me fueron encargando para guisos, fiestas, casetas de

ferias, para 20, para 30, para 40, incluso para 50 he llegado a cocinar y de

todo: paellas, carnes en salsa, albóndigas, potajes, lentejas y, sobre todo, la

Puchera Lebrijana.

-¿Cuál es el secreto de tu comida?

Al oír esta pregunta y sacando las manos de los

bolsillos de su delantal de cuadros azul y blanco comienza con una contagiosa

risa y tras unos segundos me contesta.

- Que no falte comida, que nadie se quede con

hambre.

Gracias Benita.

22-52

FERNANDA CARRASCO PEÑA

“FERNANDA CARRASCO”

Hace varias semanas, cuando tuve

la oportunidad de entrevistar al flamencólogo Ricardo Cosano, al contestar a la

pregunta sobre el futuro del flamenco en Lebrija, una “chiquilla” lleno varios

minutos de nuestra charla. Una “chiquilla”, que por boca de Ricardo, es capaz

de transmitir con su cante independientemente del palo en que lo haga; entre

otras muchas, esta fue una de las razones que me motivaron e ir a buscarla.

Varias veces he reflejado en estas líneas mi

desconocimiento sobre el flamenco, no sabría deciros si lo que escucho suena a

Tientos, Granainas o Soleares., solo sabría deciros si lo que escucho es bueno

por lo que me trasmite y esta “chiquilla”, como decía Ricardo, trasmite y

mucho.

Trasmite gitanería de la buena, gitanería de la

fuerte, gitanería como solo los gitanos de Lebrija saben hacer.

Después de estar con ella, con esa chiquilla de

pelo castaño y ojos marrones debo añadir a su haber… dulzura.

Fernanda Carrasco Peña,“Fernanda Carrasco”, nuestro

personaje de la semana es una Lebrijana que con apenas 20 años está pisando

fuerte en tablaos y festivales flamencos, desde que, con apenas 15 años,

decidiera mostrarse en publico en la zambomba de su cristo, el cristo de los

gitanos.

Fernanda me ha regalado una de las entrevistas más

cortas de las que llevo en este proyecto, ya que por su temprana edad, su

pasado llenaría pocas líneas en esta reseña. Aunque me atrevería a decir que

con lo vivido hasta el momento, a pesar de su edad pareciera mucho, es mayor la

historia que esta artista puede escribir en el mundo del flamenco.

En una habitación llena de historias que,

enmarcadas cuelgan de la pared, y a la “lumbre” de una pequeña mesa camilla,

nos sentamos Fernanda y yo para empezar a desgranar todo lo que amablemente me

quiera contar.

A la edad de 20 años Fernanda demuestra una

sensatez espléndida en sus respuestas, nuestra charla nos lleva desde su niñez

cuando se llevaba todo el día cantando coplas con letras inventadas sobre la

marcha, sus trajes de faralaes o las noches que dormía vestida de flamenca

porque su madre era incapaz de quitarle el vestido para mandarla a la cama,

hasta terminar hablando de su preocupación por los estudios.

Por sus venas corre sangre artista de la talla de

Miguel Funi, Inés Bacán o Curro Malena, grandes artistas que sin duda alguna

serán maestros para ella.

Después de haber enseñado su arte por gran parte de

la provincia de Sevilla, Francia o incluso en la prestigiosa Bienal de Flamenco

de Sevilla, sigue diciendo con un convencimiento absoluto que “esto” de cantar

y ensayar para ella ahora mismo es sólo un hobby. Un hobby que comparte con sus

compañeros de actuación Antonio Malena a la guitarra, José Vargas y Antonio

Carrasco a las palmas.

Una de las cosas que más me llamó la atención de

Fernanda, que entre otras cosas resaltan su valentía y coraje es que confesara

que Lebrija es su tablao flamenco preferido, aún sabiendo que es donde más le

cuesta levantar al público de sus sillas.

Acabadas mis preguntas y llegada la hora de hacer

la foto que acompañan estas palabras nos levantamos de la mesa y nos dirigimos

a un patio, en el cual Fernanda ejerciendo de anfitriona, me señala una

escalera como posible fondo, a lo que yo respondo, que lo que ella quiera.

Fernanda se sienta en un escalón a mitad de la

escalera y así es cómo tengo ante mi la imagen metafórica de lo que puede ser

la escalera de su carrera: lo que lleva recorrido y lo que le queda por

recorrer para llegar donde ella quiere en este mundo flamenco.

Unos minutos antes le explique a Fernanda que tipo

de foto quería hacerle, una foto que os reflejara la fuerza y la dulzura de

ella, pero después de varios disparos llegue a la conclusión que la fuerza de

Fernanda viene de la mano de su cante que en su rostro solo iba a encontrar

dulzura.

Gracias Fernanda

23-52

GONZALO SANCHEZ FERNANDEZBIZCO PATOTA”Hace varias semanas que Lebrija está huérfano de personajes, varias semanas que mi pueblo ha pasado a ser un pueblo normal…Aquellos personajes que anteriormente me causaban admiración y ganas de ir a visitarlos, de repente habían perdido toda la magia que veía en ellos. Aquel que lucho en la transición lo hizo como lo podía haber echo otro, aquel que de festival en festival va enseñando su arte lo hace porque es su oficio, el arte era lo de menos. Y aquella que a base de tesón y sabiduría estudia, promueve y ayuda a que el arte de Lebrija sea reconocido fuera de nuestras fronteras, lo hace porque de eso come.Varias veces cogi mis apuntes y mi libro buscando algo que volviera a hacer que mi cámara y mi bolígrafo volvieran a funcionar como bien o mal lo estaban haciendo.Solo estaba seguro de una cosa, la de acabar este proyecto que con tantas ganas e ilusión había comenzado. Esta mañana no se por que decidí agarrar mi cámara y libreta e ir a buscar a uno de esos personajes que muchas veces en la vida se habría encontrado en la situación de dejar a un lado su proyecto y dedicarse a sus cosas.Todo empezaba bien, todo empezaba con la “magia” que a lo largo de los anteriores 22 personajes me he ido encontrando. Detalles como el de ir a buscar a mi personaje, una persona que varias veces estuvo detenido solamente por luchar contra los abusos de la dictadura, en la barriada “La Paz”.Al comienzo de la calle clavel, en uno de sus recovecos podemos encontrar a Gonzalo o, como todo el mundo lo conoce en Lebrija, el “Bizco Patota”. Apenas diez segundos y media explicación son los que me ha costado que este hombre de 75 años me invitara a entrar en su casa cargado de mi cámara y mi libreta.Una vez sentado en un acogedor salón de su casa y en compañía de su esposa y mi hijo comenzamos la entrevista. Todos los personajes que llevo ya presos en mi libro, han tenido la oportunidad de ojear y leer todos los que van a ser sus compañeros de celda dentro de mi libro y Gonzalo no iba a ser menos. Con mi libro en la mano y pasando páginas me ha contando su parecer a cerca de todos y cada uno de ellos. Asi, sin tener que mediar pregunta alguna por mi parte, hemos acabado hablando de su madre Vitoria, una mujer luchadora cuya situación de hambre y represión total, que por aquel entonces existía, le marcó hasta el punto de arriesgar su vida por luchar defendiendo unos ideales por los que se siente orgulloso a día de hoy.Con risas en su cara y tristeza en sus ojos me cuenta la razón por la que tuvo que dejar de estudiar a la temprana edad de 7 años. Una razón que refleja con la fuerza que este hombre ha defendido siempre sus ideales. No querer cantar al llegar todos los días al colegio el “cara al sol” y las palizas que recibía por no cantarlos fueron el motivo.-Como iba yo a cantar una canción de los que cruelmente habían cogido a mi madre y la habían paseado por toda la plaza después de raparle la cabeza por no pensar como ellos querían.Después de hablar unos minutos de su madre nos trasladamos a unas viñas de Jerez en las cuales trabajaba echando peonás y en las cuales encontró el empujoncito que necesitaba para pasar de defender sus ideales a luchar por ellos. Me cuenta que uno de esos días que estaban todos los obreros en las naves que los señoritos “prestaban” para que, los que vivieran lejos de la viña durmieran cerca del tajo, vió entre colchones y penumbra una pequeña lumbre que ayudaba a un jornalero a leer un periódico.- Un periódico…un periódico en aquellos tiempos, El Costero recuerdo que era. Me comenta con cara de sorpresa.Después de estar varios minutos observando a este jornalero como leía el periódico, Gonzalo decide acercarse a èl para entablar una conversación. Una conversación que seria el punto de partida en su lucha después de descubrir que aquel jornalero, que sabia leer y que tenía la valentía de leer aquel periódico, acabó siendo un sindicalista de Sanlúcar de Barrameda, con el cual llegó a cultivar una buena amistad.A partir de aquí, comienza una lucha de información, asambleas manifestaciones, viajes de ida y vuelta por toda Andalucía; llevando por delante la defensa de los derechos del trabajador, que lo hacen como muy bien me dice haber sido huésped de casi todos los puestos de la guardia civil de aquella época.Me cuenta sus pasos por el Partido Comunista , por el PT, por el PTA, PA e IU, estamos varios minutos recordando a sus “camaradas” Benete, Joselito, Rubio el calloso, el cura Diamantino.Llegado a este punto, le sugiero que me cuente algunas de sus luchas y arrugando la frente me comenta que una de las luchas que más costó, pero de las que más orgulloso está fue la de lograr que en el año 1978 la UCD repartiera las 18000 hectáreas de marismas entre agricultores, algo que sin duda, ha ayudado a que Lebrija sea ahora lo que es.Me inquietaba conocer la opinión de este hombre, que desde este mismo año es poseedor de la medalla de oro de la ciudad de Lebrija, por la política de hoy en día. En sus respuestas encuentro a un hombre, que después de haber luchado y conseguido tanto política y sindicalmente, está bastante desilusionado.Casi una hora después, mi entrevista con Gonzalo se convierte en una charla de amigos en la barra de un bar. Cada uno pone encima de la mesa su punto de vista sobre diversos temas, poco tiempo tarde en darme cuenta que su guión en mi libro político tendrían las estrofas un poco modificadas y poco tiempo tardo él en darse cuenta también de ello, algo que en la más mínima oportunidad que tuvo me hizo ver.-Niño lo importante no es lo que pienses, lo importante es que defiendes lo que piensas y eso es bueno.Gonzalo me ha dejado ver a una persona que ha defendido, costase lo que costase, sus ideales y lo más importante, creo entrever el motivo por el que está tan desilusionado por la política de hoy en día… siempre lucho por unas ideas y no por unos intereses.Gracias Gonzalo

24-52

LUIS CARRASCO AGUILERA     "PANCERE"

Quizás haya sido la entrevista en la que más cómodo me he sentido, quizás la entrevista a la que más lejos he llegado. No donde quise llegar, pero si donde creí debía llegar.

Quizás no debí haber hablado o preguntado lo que hablé o pregunté, quizás debí haberme callado y no haber intentado sacar de aquella persona la respuesta de algunas de las preguntas que tan ansiosas de libertad estaban en mi. Pero, sentía la necesidad de llegar hasta donde nunca supe llegar y lo hice.

Hace unos días, una persona muy sabia me dijo: "El día que logres decir lo que piensas sin temor a contentar a todos en lo que quieren oir…tendrás mucho ganado"

Al fin y al cabo, estaba delante de una persona que se había prestado a mi al 100%, a  que este "Loco de mochila y libreta" lo raptara de una de las barridas más gitanas de Lebrija, lo llevara a donde él hacía años no iba, lo fotografiara con su "Pelirroja" y lo interrogara en uno de los balcones del "Bar La Quemá". Al fin y al cabo estaba delante de una persona que muy bien me podría haber marcado el camino a recorrer, pero no, Luis Carrasco Aguilera "Pancere" no fue así. Luis lejos de marcarme el camino, se

prestó a responder a todas y cada una de las preguntas que yo iba formulando; preguntas que incluso a mi formularlas me costaba trabajo.

Luis Carrasco Aguilera es el que completa el dúo de artistas más prometedores del Flamenco en Lebrija. Es con Fernanda Carrasco la pieza del puzzle que cierto día el "maestro" me dijo que debía completar y que no debían faltar en este proyecto.

"Pancere" como lo llaman los amigos, es una persona amable y con treinta años recién cumplidos, un hombre con las ideas claras, que no se arruga a la hora de responder la

batería de comprometedoras preguntas que un servidor le va formulando. Sus respuestas son claras y rotundas…ni la más mínima duda encontré en sus respuestas.

Con apenas 9 años comienza su aventura con la guitarra, arrastrado por la marea flamenca que en su casa se vivía. Sus padres Antonio y Juana le regalan su primera guitarra, una guitarra que aún conserva y de la que nunca piensa desprenderse "esa no se vende", me dice arrugando las cejas.

Debido a su edad y a los juegos de niños olvida un poco la guitarra, pero con los ánimos de su primo Antonio Malena decide dedicarse a fondo y se va a Jerez de la Frontera a  la academia del maestro José Luis Balao, para así perfeccionar su arte.

Arte…esta palabra fue de las más pronunciada en la tertulia que Luis y yo tuvimos durante la entrevista. El arte de un gitano de Lebrija, un arte difícil de medir, un arte medido por diferentes escalas. Cada gitano y cada payo poseen sus propias reglas,  no miden lo mismo las reglas de un payo que las reglas de un gitano. Cada persona tiene sus propias reglas y eso es una de las cosas que convierten al flamenco en un arte.

Su carrera de artista comienza de forma accidentada, con apenas 21 años y estando acompañando a su tío Curro Malena le dan la responsabilidad de sustituir al guitarrista en mitad del espectáculo, esa fue su prueba de fuego.

Después de esto, Anabel Valencia, Luis Perdiguero, Fernanda Carrasco, Juana Vargas, Rosa Quiñones, Concha Vargas y todo un elenco de artistas son los que han podido disfrutar de cantar y bailar al compás de la guitarra y las manos de Luis.

Seguimos hablando de cantaores, bailaores, de lo que le gusta a uno y de lo que le gusta a otro; de lo difícil que es actuar en publico, de lo poco que le gusta ver en una critica que ha estado bien, sabiendo que su actuación fue penosa.

-Si he tocado mal, he tocado mal. Me dice entre risas.

Hablamos durante varios minutos de las costumbres gitanas, las reuniones de cantes y bailes que, sin organización de por medio, acaban siendo verdaderos espectáculos de arte. Ese fue el momento que buscaba desde que comencé la entrevista, aquí salió la pregunta que celosamente guardaba en mi y que llegué decidido a soltar.

¿POR QUE SE DESBORDA EL ARTE DE UN GITANO, CUANDO ESTA ENTRE GITANOS?

Gracias Luis.

 

 

 

25-52

BENITO VAQUERO MUÑOZ “BENITO VAQUERO”

Esta entrevista no ha sido una entrevista normal, ni larga, ni seria, ni mucho menos una entrevista como las que me he ido acostumbrado a hacer…Ha sido una entrevista que ha dejado en mi la confirmación, y creo, que la prueba que confirma una vez más las impertinencias que este mundo se ha puesto por regla.

   Hace varias semanas que os dije que para mis entrevistas las reglas incondicionales que seguía eran las de ir a entrevistar por sorpresa e ir solo.

   Hoy una de ellas me la salté, no sabría deciros si por exigencias del guión, por confirmar mi “teoría” o por ejercer durante un rato de maestro de la vida.Muy cerca de la Iglesia de Los Gitanos, casi al final de la calle Fontanilla, vive nuestro personaje: Benito Vaquero Muñoz, “Benito Vaquero”.

   Mientras me dirigía hacia allí con mi hijo, una palabra llenó el trayecto: “Loco”.

   “Loco”, persona que ha perdido la razón. Esta es su definición en cualquier diccionario y es la que yo cuidadosamente le fui explicando a mi hijo mientras nos acercábamos al encuentro con Benito.Ante la atenta mirada de Nicolás, comenzamos, poco a poco, desgranando la vida de Benito; su feliz infancia, los consejos de su padre, la sabiduría y paciencia de su madre...  Bastante fue el tiempo de entrevista que llenamos con su frustrada profesión de militar, sus comienzos en el mundillo de los medios de comunicación de la mano de Radio Lebrija y, sobre todo, de su exitoso “Truena, truena”; que le ha dado, como muy bien dice, el aliciente que le falta diariamente para estar en el mundo.Un mundo que fue recorriendo durante toda la entrevista de polo a polo y de arte en arte: políticos, pintores, poetas, escritores, filósofos…novelas, poesías, lecturas germanófila, obras de teatro…todo tiene sitio en su mundo.De su programa “Truena, truena”, qué deciros que no sepáis; su trabajo durante 11 años por donde han pasado los personajes más variopintos de la actualidad y no actualidad de Lebrija. El que incluso le ha llevado a ganar el premio a las “Buena Prácticas en la Atención a Personas con Discapacidad”, otorgado por la Junta de Andalucía en la categoría “Medios de Comunicación”.Sus gestos y palabras intentan ser serias, aunque varias veces son las que tenemos que detenernos a reír. Entre pregunta y pregunta no deja de contarnos sus historias del casino, de aquella entrevista que hace años le hizo a un buen amigo Argentino, de las críticas de su madre, que son las que dan el veredicto final a su programa.Cuando son varios minutos los que llevo con Benito, y veo que no le incomoda ninguna de las cuestiones que abordo con él, es cuando comenzamos a hablar del significado de la palabra “Loco”.Poco tiempo tardo en darme cuenta que sus respuestas ahora son confusas, como si ahora fuera él, el que no quiere incomodarme a mí con sus respuestas.Benito me deja ver en él a una persona sumamente culta, sincera; por momentos, pareciera como si estuviera entrevistando a tres Benito a la vez... el Benito niño, el Benito adolescente y el Benito adulto. En todas y cada una de las preguntas que le hago, él con sus gestos y tono de voz me hace sentir estar con un personaje diferente.Mi hijo, sentado junto a nosotros, no deja de mirar a este hombre, aparentemente loco para muchos, como yo cuidadosamente le expliqué de camino a la entrevista, y no por lo que dice, sino por cómo lo dice.

    Solo llegado el momento de hacerle la foto es cuando Benito impone su criterio, es cuando ejerce de loco y no escucha a nadie. Por tanto, no me queda otra que complacerle y seguirlo al decorado que, seguro muy cuidadosamente ha elegido.Cuando me despido de Benito y me subo al coche con mi hijo, llega la parte de la confirmación que estaba buscando.¿Nicolás tú crees que Benito está loco?No papa, no está loco¿Y por qué lo mirabas tanto?Es que habla muy bien.

La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma.

Gracias Benito